La vida de los grandes flamencos en la mayoría de las ocasiones va anexionada a una humildad que es proporcional a su fama, algo que provoca que, al retiro de estos grandes flamencos, pocos se acuerden de recoger su vida y obra. Algo así fue el germen de Terremoto, el documental estrenado hace tan solo unos días y que recoge la vida de Fernando Fernández Monje, conocido internacionalmente y en el barrio de Santiago con el apodo de Terremoto.
“Todo surge en una época que me pilló en el extranjero y estuve escuchando flamenco día y noche y descubrí al Terremoto y me saltó una malagueña y aquello tenía algo que me enganchó”, comenta Álvaro Mayoral, director e ideólogo de este documental que pone en pie la vida de este artista con duende. A raíz de esta malagueña que enamoró al director del documental, Mayoral relata que “empecé a indagar sobre quien era, me escuché la discografía entera y estuve obsesionado. Cuando llegué a España me acerqué a la tienda FlamencoVive y le pregunté al dueño, Alberto, si había algo sobre Terremoto en cuestión de documentales o libros y me dijo que no, que no había nada. Al estar en paro me dije: lo hago yo. No tenía ni idea del mundo del cine y junté a tres amigos y nos pusimos desde cero para ver cómo se hace un documental”, explica a este periódico.
A partir de ese momento, se abrieron numerosas ventanas aunque todas ellas cerradas para este grupo de amigos que sólo buscaba honrar la memoria de Terremoto, uno de los grandes artistas que ha dado el mundo del flamenco. Fue el dueño de FlamencoVive quien ilustró “por donde podíamos empezar y nos puso en contacto con Manuel Valencia, el famoso tocaor que estuvo tan unido a Terremoto y ya nos puso en contacto con toda la familia y luego ya pues estuvimos con Gaztelu, Vicente Soto… a partir de ahí todo fue rodado menos la financiación que eso en ningún momento hubo; llamamos a muchas puertas y al final salió el crowdfunding que nos ayudó”.
Cuando se empieza en cualquier mundillo, lo más normal es que acabes pagando la novatada, algo que le ocurrió a estos nuevos amantes de lo audivisual en el plano económico, en el cual han tenido que pasar por numerosas dificultades aunque, gracias al amor al flamenco, afortunadamente han podido salir airososo de todas.
“La primera dificultad que nos encontramos fue la de la financiación que fue complicada y tuvimos que ir pidiendo favores pero entre colegas pudimos ir solventándolo hasta que en 2018 lanzamos el crowdfunding con el que financiamos buena parte del proyecto y sin la coproducción con TVE hubiera sido imposible”, comenta el director del documental apostillando esa colaboración con la televisión pública española y que ha ayudado a obtener las muchas imágenes de archivo que la tipología del documental pedía. Una coproducción que permite a TVE estrenar en televisión esta producción y que tras dicho estreno, el proceso “será pasar el documental a plataformas digitales y yo creo que ahí tiene que estar porque tiene una buena historia y calidad suficiente”, asegura Mayoral.
“Cada cantaor canta como vive”
Echando la vista atrás, este toledano de nacimiento, aunque ya para siempre jerezano de sentimiento por su amor a Terremoto, expone que, si se queda con algo del proceso, sería con “poder conocer a mis ídolos, aunque me quedé con las ganas de conocer a Terremoto o a su hijo, pero pudimos conocer a artistas increíbles. Esos ratitos que he podido pasar con los artistas me han llenado. En cuanto al documental, si hay algo que he aprendido es que a la vez de la vida de Terremoto hemos contado cómo vivían los flamencos de esa época. En cualquiera de esa época, los cantaores han cantado como vivían; en los discos no se aprecia eso, pero cada cantaor canta como vive y cuenta las penas que tiene en esa época, si pasa hambre, necesidades… todo eso se nota”, señala.
Por último, este nuevo entusiasta del flamenco, asume que Terremoto “es un personaje universal o debería serlo porque que llegue al corazón de tanta gente que no tiene nada que ver con Jerez… algo tiene, pero el personaje, su manera de ser, el carácter duro pero a la vez era un buenazo… todo queda reflejado en el documental, lo que hace que el espectador disfrute de su figura y salga del documental queriendo saber más de este autor, por lo que ya con esto, la experiencia ha valido la pena ”.
