Kirstine Hastrup nació hace cuarenta y un años en Ry, Dinamarca, a más de 3.000 kilómetros de Jerez, sin embargo, se podría decir que por sus venas corre ya sangre andaluza. Esta danesa que se quedó prendada hace años de esta tierra, se ganó a pulso el reconocimiento de Embajadora del Flamenco de Jerez, con el que asegura haber cumplido un sueño. Lleva tres años desarrollando el Kriatura, festival de flamenco para niños, proyecto que busca preservar y transmitir a los más jóvenes la cultura y el patrimonio del flamenco. Tras clausurar con éxito la última edición este viernes, solo le quedan dos deseos: poder vivir un año en Jerez y que la ciudad consiga la Capitalidad de la Cultura Europea.
¿Cómo surge tu amor por Jerez?
–La primera vez que pisé Jerez fue en enero de 2017, cuando llegué me encontré con un centro desértico, no había nadie, y eso me echó para atrás. Yo tenía que realizar un proyecto en torno al flamenco, y pensé en marcharme a Sevilla, pero entonces escuché a Manuel El Salmonete cantar y todo cambió. Mi vida cambió. Este flamenco callejero consiguió emocionarme y decidí continuar con el proyecto en Jerez, porque aquí el arte surge donde menos te lo esperas y eso es lo que hizo que me enamorase de la ciudad. Jerez mantiene su esencia primigenia, no se parece a ningun otro sitio del mundo, y ahí reside su encanto.
¿Y la primera vez que escuchaste flamenco?
–Fue hace más de 20 años, en el 2000 viajé a a Andalucía para seguir aprendiendo español, fui a las cuevas de Granada, y allí en el Sacromonte tuve mi primer contacto con el flamenco. Una experiencia indescriptible, me quedé paralizada, era lo más bonito que había escuchado en mi vida, me inundó entera. Luego llegué a Jerez y me lamenté por no haber venido antes. Jerez tiene una jondura que en el resto del mundo ha desaparecido, el duende flamenco se palpa en todas sus calles, hay cientos de artistas que me fascinan.
¿Cómo describirías el duende flamenco del que hablas?
–Para mí el duende es el sentimiento que sale de lo más profundo del ser, sin la pretensión de crear belleza o seguir una técnica. Va más allá de la vida y la muerte, es sobrenatural. El duende es difícil de explicar, pero sí podría decir que el flamenco es la corriente que mejor lo expresa. Un ejemplo del duende es la señora que va a tirar la basura y mientras va jaleando. El duende es como ese cuchillo que atraviesa el corazón y deja una herida profunda y ni el paso del tiempo hace que te olvides de ello.
Llevas años viniendo a Andalucía, ¿hay alguna fiesta que te queda por conocer?
–Creo que de Jerez lo conozco todo, sus zambombas, su feria, cada uno de sus eventos. Pero me queda en el tintero vivir El Rocío. Me encantaría hacer el camino y salir desde Jerez.
Y ya que lo conoces todo, ¿te planteas vivir aquí?
–Me gustaría vivir aquí aunque fuera un año, pero de momento me quedo allí en Dinamarca con mi familia.
Después de todo lo que has trabajado por y para el flamenco, ¿cómo viviste que te reconociesen Embajadora del Flamenco de Jerez?
–Que me nombrasen Embajadora del Flamenco de Jerez fue muy emocionante, cumplí un sueño. De pequeña cuando estaba en el colegio soñaba con trabajar en el Ayuntamiento de mi ciudad, quería ser política para cambiar aquello que pensaba que podía mejorar, y ahora siento que el flamenco es mi lucha, defender lo que creo que es este arte y poder hacer cosas por él, como el Kriatura.
Acaba de finalizar la tercera edición del festival de flamenco para niños, Kriatura. Como parte fundamental de él, ¿qué valoración haces de lo realizado hasta ahora?
–Estamos haciendo del Kriatura un modelode trasmisión del flamenco muy fuerte y con mucha repercusión entre los más jóvenes, que son el futuro de la sociedad. Hay que seguir trabajando por el Kriatura para que alcance la importancia que tiene el Festival de Jerez, y que logre traspasar las fronteras del municipio haciéndolo extensible a todo Europa. Sería bonito poder establecer contacto entre los niños de distintos países a través del Kriatura, porque es una experiencia que marca mucho. El festival contribuye a cuidar del patrimonio y convertirlo en un referente mundial. El futuro necesita lo que tenéis aquí en Jerez, por eso hay que seguir trabajando por él, para conservar su riqueza.
Trabajaste por la Capitalidad de la Cultura Europea de Dinamarca y ahora estás muy unida a la candidatura de Jerez, ¿crees que esta ciudad tiene posibilidades de conseguirla?
–Jerez tiene potencial de sobra para convertirse en Capital de la Cultura Europea, incluso más que muchas otras ciudades. Queda seguir trabajando en la propuesta. Creo que puede alcanzar la capitalidad.
Por último, ¿piensas que los jerezanos valoramos lo que tenemos aquí?
–Creo que la gente de aquí ha normalizado lo que ve a diario, pero los que venimos de fuera descubrimos que lo que aquí hay es un verdadero milagro del mundo. Quizás los jerezanos tendrían que valorar más esos pequeños milagros que ocurren a diario aquí. En cuanto a valorar al flamenco, creo que se tendría que ver como una oportunidad de futuro y expresión viva de la cultura y no sólo como negocio directo del turismo.