Estudios recientes han descubierto más sobre el impacto del COVID-19 en el funcionamiento individual, con resultados relacionados con el estrés, la soledad debido al distanciamiento social, la depresión, ansiedad y aburrimiento entre otros. Los profesionales de la salud han observado cambios en los comportamientos, tales como el aumento de malos hábitos alimenticios, mayores tasas de pensamientos suicidas reportados y un mayor consumo de sustancias, incluyendo el alcohol y marihuana.
Estos estudios no aleatorios han sugerido que hubo un aumento del consumo de marihuana en países europeos como Francia, Italia y Holanda, así como en los Estados Unidos y Canadá. Este aumento en el consumo de marihuana, principalmente, se debe a diversos factores como el estrés y ansiedad exacerbados por la pandemia, al aislamiento social y la soledad, y a las alteraciones de las rutinas diarias debido al cierre de oficinas y lugares de trabajo.
También se ha notado un aumento en las ventas online relacionadas al cultivo y consumo de marihuana. Hubo, por ejemplo, un aumento en las ventas de artículos para fumadores como papeles de liar y pipas de agua, y por otro lado un aumento en las ventas de fertilizantes y sustrato para cultivo ya que el desempleo obligó a los consumidores a buscar otros medios, lo que resultó en un mayor interés en comprar semillas de marihuana.
El consumo de sedantes como las benzodiazepinas también aumentó durante la pandemia en casi todos los países, en un estudio realizado por profesionales de la salud en 77 países, más del 60% afirmó el uso no médico de sedantes. Estos cambios en los patrones de consumo también se vieron en otras sustancias como la cocaína y MDMA.
En los Estados Unidos también se detectó un mayor número de muertes por sobredosis de opioides, ya que hubo un aumento de 38% en las muertes por sobredosis en relación al mismo período en 2019. Estos estudios concluyen que las medidas de prevención, principalmente el aislamiento en combinación con la situación económica, pudo contribuir al aumento del consumo de drogas. Por su vez, la ONU recomienda y demanda fondos públicos para la prevención y tratamiento una vez superada la pandemia.
Se esperan cambios a largo plazo
Según el informe, los problemas socioeconómicos en conjunto a los cambios radicales en los hábitos sociales puede alterar los consumos de sustancias a largo plazo, también es posible que el desempleo lleve más personas a optar por la economía ilegal, ya sea produciendo o vendiendo sustancias ilegales.
