Desconcierto e incertidumbre en el sector de las gasolineras ante la entrada en vigor mañana del decreto ley por el que se reduce 20 céntimos el precio del carburante. Las más preocupados, los propietarios de pequeñas estaciones de servicio que temen no poder asumir la rebaja.
El descuento será financiado en su mayor parte por el Estado, que se hará cargo de 15 céntimos. Los 5 restantes deberán ser sufragados por las empresas petroleras en el caso de las firmas con una facturación inferior a 750 millones de euros. En el caso de las pequeñas gasolineras será el estado quien lo sufrague íntegramente, pero, eso sí, deberán adelantar el descuento de sus bolsillos. Esto es precisamente lo que más preocupa a las pequeñas empresas de venta de gasolina.
Ante las peticiones del sector, el Gobierno ha querido salir al paso y ha anunciado que pagará adelantos a las estaciones de servicio que lo solicitan a partir de la próxima semana. Hacienda incluirá a partir de mañana el formulario para que las gasolineras puedan hacer la solicitud. A pesar de todo los propietarios no están del todo convencidos. Recelan de la rapidez del Gobierno en realizar los pagos y señalan que los adelantos se basarán en las ventas del año anterior, cuando en estas fechas estábamos en plena oleada de contagios y la movilidad estaba reducida, por lo que las ventas pueden ser muy diferentes. Muchos han tomado la decisión de no abrir mañana, ya que, dicen, no pueden asumir el gasto que les supone.
Y mientras todo esto ocurre, las estaciones de servicio aparecen hoy desiertas. Están notando una disminución en las ventas. Los clientes están a la espera de la llegada del descuento y los pocos que acuden repostan pequeñas cantidades. Hoy las gasolineras se afanaban en llenar sus depósitos para hacer frente mañana a una espera avalancha de usuarios en busca de combustible.