Cada vez vivimos más… pero no solo es importante soplar velas, sino hacerlo con una buena calidad de vida. Y en ello juega un papel clave la visión. Por este motivo, uno de los grandes retos actuales es prevenir o frenar aquellas enfermedades oculares que van aconteciendo a medida que envejecemos, muchas de ellas relacionadas con problemas de retina.
Con el aumento de la esperanza de vida, llegamos a la edad de jubilación con ganas de seguir manteniéndonos activos y disfrutando del mundo que nos rodea: hacer ese viaje que teníamos pendiente, dedicar más tiempo a nuestras aficiones, ver crecer a las nuevas generaciones de la familia…Queremos aprovechar estos momentos y sabemos que una de las claves es gozar de una buena salud. Y en este sentido, del mismo modo que cuidamos preventivamente nuestra piel o nuestro cuerpo, no siempre hacemos lo mismo con nuestros ojos, pese a lo importante que es para todos ver bien.
La buena noticia es que muchos hábitos de salud general, como evitar el sedentarismo, seguir una dieta mediterránea y equilibrada y no fumar, también repercuten positivamente en una buena oxigenación de los tejidos oculares y, por tanto, en su mejor conservación a lo largo del tiempo. El otro pilar fundamental de prevención son las revisiones en el oftalmólogo, que se recomienda que sean anuales, sobre todo a partir de los 55-60 años, ya que muchos daños en nuestros ojos empiezan a gestarse sin dar señales de alarma.
Deterioro de la mácula
Más allá de las cataratas, ese proceso inevitable por el que el cristalino (lente natural del ojo) pierde transparencia y que, antes y después acaba afectándonos a todos, una de las enfermedades oculares a la que conviene prestar especial atención, por su alta prevalencia y por la amenaza que puede suponer para la visión, es la degeneración macular asociada a la edad o DMAE. De hecho, se trata de la primera causa de ceguera legal en España, influyendo en su desarrollo tanto el factor envejecimiento como el estilo de vida y la genética.
Pero, ¿en qué consiste exactamente esta patología? “La DMAE es una enfermedad que provoca un deterioro progresivo de la mácula o zona central de la retina, donde la visión es más nítida y precisa”, explica el Dr. José Manuel Arias, especialista de las clínicas oftalmológicas Miranza Algeciras. Esto se traduce en dificultades para leer, reconocer rostros, cocinar o realizar muchas otras actividades cotidianas, a causa de una zona borrosa o mancha oscura que se instala en el centro del campo visual y que se va extendiendo. Si, además, las líneas rectas empiezan a verse torcidas, puede ser indicativo de entrar en la forma más severa de la enfermedad, la DMAE húmeda, “que avanza más rápida y agresivamente que la DMAE seca, aunque la primera podemos tratarla y la segunda no”, apunta el Dr. José Manuel Arias.
La mejora del tratamiento de la DMAE es una de las principales áreas de investigación en oftalmología, tanto para conseguir fármacos más eficaces yduraderos para la forma húmeda, como para lograr frenar por primera vez la forma seca. Debemos tener en cuenta que en nuestro país hay más de 700.000 personas con degeneración macular asociada a la edad, y que, según los estudios, hasta 3 millones de españoles están en riesgo de desarrollarla.
Desprendimiento de retina
Otra patología ocular común, que afecta principalmente a las personas mayores y que también daña a la mácula, es la membrana macular epirretiniana. El oftalmólogo de Miranza Algeciras aclara que “estas membranas son como una especie de papel de celofán arrugado que se coloca sobre la retina e impide ver nítido. Su solución es quirúrgica, como también lo es la del desprendimiento de retina, que, aunque puede tener múltiples causas, también suele ser más común con la edad.
“A menudo, el desprendimiento de retina viene precedido de un desprendimiento de vítreo, que es el gel que encontramos en el interior del globo ocular. Fruto del envejecimiento, este gel va perdiendo su consistencia y pasa de ser como una uva, que rellena perfectamente el ojo, a asemejarse más a una pasa. Al contraerse el vítreo, puede tirar en algún punto de la retina a la que se encuentra adherido y provocar que esta se desprenda, pudiendo tener graves consecuencias para la visión”. De ahí que sea necesario acudir al oftalmólogo sin demora al detectar síntomas de alarma: “Lo primero, es la aparición repentina o el aumento de moscas volantes o puntos negros que se mueven, seguido de la visión de flashes de luz o destellos y, más adelante, una cortina negra que cae delante de nuestro ojo”, advierte el Dr. José Manuel Arias.
Atención oftalmológica integral
El especialista destaca que, gracias a las técnicas y los medios actuales, muchos pacientes que antes perdían irremediablemente la visión por patologías de la retina, hoy pueden conservarla a unos niveles muy satisfactorios”. Esto tiene gran relevancia para la autonomía, capacidad de relación y bienestar de la población sénior, en la que se suman otros condicionantes de salud general y también ocular, como podrían ser las cataratas, cuya cirugía es necesario realizar tarde o temprano (preferiblemente, evitando grandes demoras). “En Miranza procuramos ofrecer una atención oftalmológica integral a nuestros pacientes y acompañarles en su seguimiento, conscientes del impacto que puede tener descuidar la visión en esta etapa de la vida”, concluye el Dr. José Manuel Arias. Al final, no se trata solo de ver bien, sino de sentirse más confiado y seguro, menos dependiente y más activo, sin que nuestros ojos se jubilen antes de tiempo.