La vigente ley de medidas sanitarias frente al tabaquismo dice en su disposición adicional novena que a los clubes privados de fumadores, legalmente constituidos, no se les aplicará la ley en lo relativo a la prohibición de fumar, publicidad y promoción, siempre que se haga en el interior de sus dependencias y los destinatarios sean única y exclusivamente los socios.
En caso de aprobarse la iniciativa, el portavoz del Club de Fumadores, Javier Blanco, ha augurado aglomeraciones de fumadores en las afueras de los locales de ocio –un fenómeno que ha bautizado como el cigarrón– y la proliferación de lateros, personas que venden en la calle latas de bebidas, tabaco etcétera.
Tras pedir al Gobierno que haga cumplir la ley antitabaco en vez de ampliarla, Blanco acusó a la ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, de haber dado un paso “mal medido” y de extender ideas erróneas sobre la situación del tabaco en la Unión Europea.
Según sus datos, “sólo en Irlanda está completamente prohibido fumar y en el resto de países hay excepciones, garantizando pequeños espacios para los fumadores”.
Tampoco es cierta la tesis de Sanidad –dijo– respecto a que la mayoría de la sociedad es contraria al tabaco en la hostelería, como refleja un sondeo de 2008 encargado por su organización en la que el 85% de las 2.000 personas encuestadas estaban a favor de la separación de espacios para fumadores y no adictos.
Actualmente, la plataforma prohibidoprohibir.org –que coge su nombre de uno de los lemas del mayo del 68 francés– tiene abierta una encuesta en la que el 76% de las 600 personas que han opinado es contraria al endurecimiento de la ley.
El Club de los Fumadores por la Tolerancia, que cifra sus socios y simpatizantes en casi 100.000 socios, ha pedido una reunión con la ministra de Sanidad y Política Social.
La entidad entregó ayer al Grupo Nebraska su premio a los locales mejor adaptados de Madrid, dentro de su campaña nacional denominada Aquí hay un ambiente para todos.