Ya podemos decir que se ha superado la primera Semana Santa post-pandemia. Con aglomeraciones y gran interés turístico, esta Semana de Pasión se ha vivido en Rota con gran expectación y con más ilusión que de costumbre porque por fin se ha podido celebrar tras dos años suspendiéndose debido a la pandemia de coronavirus. Los pasos han ido engalanados especialmente tras dos años esperando este gran momento y este año se han recuperado tradiciones ya que, especialmente, esta Semana Santa ha tenido motivos de sobra para celebrar la vuelta de las hermandades y sus titulares a las calles.
En cuanto a la ocupación hotelera, en Rota se han superado las previsiones de Horeca. Si la Federación Provincial de Empresarios de Hostelería de Cádiz cifraba en un 85% la ocupación hotelera en el municipio, finalmente, los datos reales después de esta semana son mucho más halagüeños superándose en diez puntos a las previsiones con un 97% de media. La segunda mitad de la Semana Santa, en concreto los días que coinciden con los festivos, desde el Jueves Santo hasta el Sábado Santo, Rota supera al resto de municipios de la provincia salvo el viernes 15, que Chipiona consigue el 100% de las camas ocupadas. El Jueves Santo, los hoteles en Rota estuvieron ocupados en un 95,8%; el Viernes Santo en un 98% y el Sábado Santo en un 97%. Unos datos que se asemejan a los datos anteriores de la pandemia.
Un comienzo de Semana Santa pasado por agua
Sin embargo, el buen tiempo, aunque ha sido el predominante durante esta semana, la lluvia también frustró algunas de las salidas procesionales de las hermandades correspondientes al Lunes y Martes Santo. Aunque el Domingo de Ramos, Nuestro Padre Jesús de la Paz recorriera las calles con normalidad bajo un sol resplandeciente en un caluroso día, a partir del lunes, tuvimos un inicio de semana pasado por agua.
La Hermandad del Amor salió y a los 50 minutos de que saliera el Cristo y con la virgen ya en la calle, una tromba de agua obligó a retroceder y a volver a templo a todo el cortejo procesional así como a los dos titulares protagonistas, que tuvieron que verse recubiertos por un capa de plástico para resguardarlos de la lluvia. Un momento que dejó para el recuergo ya que, una vez en el interior de la parroquia del Carmen, se bailó a los titulares de Nuestro Santísimo Cristo del Amor y Nuestra Señora de la Esperanza en una estampa íntima de la hermandad que lamentó tener que quedarse en el templo por tercer año consecutivo.
De cara al Martes Santo, la inestabilidad meteorológica obligó a la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Cautivo a salir una hora más tarde esperando a que cesara la lluvia y finalmente la salida procesional se convirtió finalmente en un traslado del paso de misterio con Jesús recubierto por un capote de lluvia. Los hermanos y hermanas lo acompañaron por el recorrido más corto y a ritmo algo más rápido de lo normal aunque sin ser estación de penitencia, sin cirios ni cruces. Aunque la Semana Santa no comenzó con buen pie, a partir del Miércoles Santo el tiempo acompañó y se vivieron unas calurosas jornadas que nos dejaron imágenes épicas como, por ejemplo, el recorrido en paralelo de la Amargura y el Nazareno, que no se llevaba a cabo desde finales de los 80, entre otras.
En definitiva, una Semana Santa para recordar, la primera tras la pandemia, con gran atractivo para el turismo. Los cofrades de Rota ya empiezan hoy una nueva cuenta atrás.
