La OCU Andalucía ha considerado "excesivas" e incluso "contraproducentes" las restricciones que se han llevado a cabo por el Ayuntamiento de Sevilla al sector de la hostelería durante la pasada Semana Santa, por lo que ha instado al Consistorio a "revisar" estas medidas y controlar la colocación de sillitas "en lugares sensibles al tránsito" que dificulten el libre movimiento y puedan causar problemas de seguridad.
Así, a la vista de lo vivido durante la Semana Santa, y especialmente en la madrugada del Viernes Santo, la Delegación de Andalucía de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha hecho un llamamiento al Ayuntamiento de Sevilla para "revisar las medidas adoptadas para el cierre temprano de los establecimientos de hostelería y restauración, su cierre total durante la mentada Madrugada y la “Ley Seca” en buena parte del Centro Histórico".
Para la OCU, estas medidas "sin duda tributarias de la dificultad para diagnosticar y atajar los incidentes producidos en la Madrugada en los últimos años", se han revelado como "excesivas, contraproducentes en muchos sentidos e incluso ineficaces para evitar el problema del consumo de alcohol en grupos de jóvenes que traían sus packs adquiridos en otros lugares", asegura.
"Más allá del daño a la actividad económica de los sectores afectados, hay que reflexionar sobre lo que supone para sevillanos y visitantes el verse privados de estos servicios en horas en las que hay cofradías en la calle, resultando imposible tomar un refrigerio o entrar en un servicio, convirtiendo en miccionarios cualquiera de los rincones de las calles, algo muy evidente en la madrugada del Viernes Santo", insiste la entidad
Es por ello que OCU insta a profundizar en el diálogo entre los sectores afectados, incluidos los consumidores, "para buscar fórmulas alternativas que permitan compaginar seguridad y calidad de servicio a la ciudadanía".
Además, la organización hace un llamamiento para "extremar la actuación sobre las sillitas en lugares sensibles, elemento que se ha han convertido en auténticos problemas de seguridad, tanto en cuanto a los movimientos de masas que se ven peligrosamente obstaculizados por las mismas, como en cuanto a su facilidad para dar soporte a “botellones” callejeros en las largas esperas de los cortejos procesionales", concluye la asociación.
