La ciudad de Cádiz es un modelo de integración del patinete al ecosistema urbano en el conjunto de la provincia. El presidente de la Asociación para la Movilidad Personal y Ecológica de Cádiz (Ampec), Adrián García, indica que la localidad, que se presta a su uso dada la orografía, sin desniveles de importancia, las distancias y la meteorología favorable durante la mayor parte del año, cuenta con una trama de carril bici, bien adaptada y conectada, con la salvedad del tramo de la carretera industrial y la vía que discurre pareja al muelle, cuya ejecución “se está demorando demasiado, carece de señalización y es transitada por vehículos de grandes dimensiones”, y abundantes aparcamientos.
En segundo lugar, destaca el acierto del equipo de Gobierno de José María González, Kichi, de regular la circulación con la ordenanza que entró en vigor en julio de 2020. “La normativa es muy clara y muy cercana y nos dota de seguridad adicional con el calmado de tráfico a 20 kilómetros por hora dentro de la ciudad”, valora.
La entrada en vigor fue acompañada de una campaña de concienciación que dio resultado. Por medio de redes sociales, medios de comunicación y mobiliario urbano, Ayuntamiento y Ampec informaron de las claves del texto: la persona conductora debe ser mayor de 15 años; solo los menores de 18 debe usar el casco de manera obligatoria, para el resto está recomendado; es preciso el alumbrado y la utilización de prendas reflectantes para la circulación nocturna o con baja visibilidad; no se puede llevar pasajero; es necesario portar la identificación del conductor y documentación del vehículo (existe un biciregistro gestionado por la Policía Local); hay que estacionar en las zonas autorizadas; y está prohibido circular por aceras, plazas y zonas peatonales, con multas de 200 euros).
Y todo esto ha calado, sostiene García. “Contamos con usuarios de mayor calidad, respetuosos con el peatón y con el resto de usuarios que utilizan el carril bici, ciclistas y personas con movilidad reducida”. De hecho, agrega, “el patinete ya no es noticia”. Y, como reza el adagio, “no news, good news”.
