A principios de este mes concluyeron las jornadas de trabajo presencial para la elaboración y priorización de propuestas en materia de adaptación y mitigación para culminar el Plan de Acción por el Clima y la Energía de Cádiz (Paces) y el Plan de Medidas frente al Cambio Climático.
María del Carmen Romero, directora del Área de Sostenibilidad y Transformación Digital de Considera SL, firma responsable de los trabajos llevados a cabo valora la participación de entidades y vecinos desde el pasado mes de octubre. “Hace diez años, predicábamos en el desierto, pero la ciudadanía está muy concienciada” con la urgencia de hacer frente al cambio climático, asegura.
Entre septiembre y octubre, la empresa tendrá listo el documento con 68 propuestas, 30 de adaptación y otras 68 de mitigación, con el objetivo de reducir las emisiones contaminantes de Cádiz en un 55% para 2030, tal y como se rubricó en el Pacto de Alcaldes y Alcaldesas en 2019. El punto de partida llama al optimismo: el Ayuntamiento gaditano las ha rebajado ya en más de un 20%, de acuerdo al compromiso suscrito con la Unión Europea.
Romero adelanta algunas de las propuestas, teniendo en cuenta que el tráfico emite un 51% del total de las emisiones de gases tóxicos, según los registros del año 2019.
Entre otras, señala la renovación de la flota con la apuesta por vehículos híbridos en el transporte público en el nuevo pliego de contratación, o la implantación de la zona de bajas emisiones, mejoras en accesibilidad y peatonalización de la plaza de la Candelaria gracias a los 3,8 millones de euros de fondos Next Generation conseguidos.
También se estudiará la posibilidad de habilitar espacios municipales como refugios climáticos ante las elevadas temperaturas para la población vulnerable y se recomienda la colaboración entre administraciones para la prevención y planificación de actuaciones ante emergencias.
En este sentido, Javier Benavente, vicedecano de Ordenación Académica e Infraestructuras de la Facultad de Ciencias del Mar y Ambientales de la Universidad de Cádiz y una de los expertos más activos en el proceso de elaboración del documento, advierte de que el mayor riesgo al que se enfrenta la ciudad a causa del cambio climático son las inundaciones recurrentes.
Esto se debe al ascenso del nivel del mar, que hasta ahora lo hacía a razón de 1,5 milímetros anualmente, pero ya alcanza los dos, con la previsión de que se incremente; y los grandes temporales combinados con el oleaje y fuertes precipitaciones, y la erosión.
Benavente recuerda los episodios catastróficos de 2018, con Emma, y advierte que la erosión podría llevar a desaparecer a la playa Victoria antes de 2030. Por ello, es preciso ejecutar tareas de regeneración de la arena y la instalación de barreras naturales, como se han realizado en la zona de marismas hasta Torregorda y en Cortadura. Por otro lado, dado el coste económico asociado a los daños materiales producidos, deja sobre la mesa la posibilidad de desmontar los chiringuitos al término del verano.
Y, por otro lado, advierte de que es necesario reforzar la red de pluviales para prevenir inundaciones en zonas como La Laguna. “Hay que actuar para evitar los peores escenarios que indican que en 2100 la barriada de la Paz o el paseo podrían estar permanentemente inundados”, concluye.