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Cádiz Suena Bien

Vendaval sónico a golpe de Blues

Samantha Fish sobrevoló con éxito el Recinto de IFECA, junto a A Contra Blues, en la XXIII Edición del Festival la Isla del Blues

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SAMANTHA FISH

A CONTRA BLUES

Eran las 21:30 horas de una calurosa noche de sábado cuando el recinto ferial de IFECA abrió sus puertas para una nueva edición del Festival LA ISLA DEL BLUES, que por segundo año consecutivo se viene celebrando en tierras jerezanas, tras un breve paso por Cádiz capital y tener que abandonar su emplazamiento original en San Fernando.

No hubo una gran entrada,sin embargo, pese a la enjundia de los dos contendientes que estaban citados.Y es que la proliferación de festivales y eventos durante la época estival, lejos de convertirse en un acicate para la escena rockera, está jugando en su contra, ya que en la misma noche y a pocos kilómetros de Jerez, el festival bluesero competía con otros 3 festivales y alguna otra visita de grandes kilates como Bryan Adams.

La actual burbuja festivalera que venimos padeciendo, merece sin duda alguna reflexión aparte que por cuestiones obvias no acometeremos ahora. 

A las 22.00 en punto subía al escenario Elena, de la organización del festival, para ejercer de maestra de ceremonias y presentarnos la primera de las dos bandas que estaban programadas.

Los barceloneses A Contra Blues empezaban su concierto cinco minutos después y como reza el título de su primera canción, lo hicieron a Machete. A ritmo de rythm n’ blues se sucedieron varios temas de su último disco publicado, JAB, el cual contuvo el grueso del concierto, incluida la versión de Bo Didley (uno de los inventores de esto, como nos recordó el cantante) Hey, Bo!.

Fue precisamente una versión la que terminó de romper definitivamente el hielo entre público y banda cuando Jonathan Herrero, su vocalista, nos recordó cómo de pequeño escuchaba en casa de sus abuelos el disco El Patio de Triana, una y otra vez, y presentó su particular versión de “El Lago” llevada con una sensibilidad extraordinaria y coronada con una jam donde Héctor Martín y Alberto Noel Calvillo demostraron su maestría a las guitarras.

De ahí en adelante todo fue rodado, y la joven, aunque experimentada banda barcelonesa (17 años de carrera según se encargaron de recordar) fueron desgranando temas como la fronteriza Coyote, la rockera Bad Blood, o pasajes más cercanos al country rock como en I’m Leaving Town, todas pertenecientes al citado trabajo JAB, y donde los desarrollos guitarreros de Héctor y Noel nos recordaron a ídolos como Poco o Eagles.

Para el clímax final, una apoteósica versión del Sinnerman de Nina Simone puso a bailar a todo el recinto con otra jam marca de la casa en la que la sección rítmica de la banda (Vítor López a la batería y Joan Vigo al bajo), brillaron junto al resto de la banda.

Fue entonces cuando Jonathan se quedó solo en el escenario y a pulmón, y solo acompañado de la Gibson SG de su compañero, nos deleitó con una preciosa I’ve MadeMy Time, donde hizo gala de su extraordinario poderío soul.

Una hora y treinta y cinco minutos en el que A Contra Blues nos demostraron que ninguno de sus galardones, incluido el prestigioso European Blues Awards ganado en 2014, sus 17 años de carretera, y sus más de 800 conciertos a lo largo de esos años, no son producto de la casualidad y que tenemos una banda sólida dentro del panorama rockero de nuestro país. Una lástima que no siempre esa calidad atesorada por nuestros grupos se corresponda con el más que merecido éxito comercial.

Tras un breve descanso para reponer fuerzas e hidratarse un poco, Samantha Fish subía al escenario junto con su banda siendo las 00.00 horas y a punto de ofrecer una clase magistral de Blues, Boogie y Rock.

No cometeré la torpeza de decir que la estadounidense, nacida en Kansas City, Missouri, hace 33 años, encabeza ningún ranking de mujeres guitarristas, como si el género importara para algo o le diera más o menos mérito por hacer lo que hace. Smaantha Fish está, hoy en día, en el top 10 de músicos de blues contemporáneos y su nombre brilla junto al de otros artistas consagrados como Justin Johnson, Christone “Kingfish” Ingram, Marcus King, Joanne Shaw Taylor o la mismísima Susan Tedeschi.

Con su Cigar Box Guitar a cuestas y a ritmo de su single Bullet proof, Samantha puso el recinto bocabajo desde el primer acorde, repasando también su última publicación FASTER. La excelente guitarrista nos fue dejando una tras otra, joyas como All Ice No Whiskey, So-Called Lover o Better Be Lonely ,demostrando sus influencias por el Texas Blues e innegablemente bebiendo de guitarristas como Stevie Ray Vaughan.

A lo largo de la hora y cuarenta y cinco minutos que duró su concierto y acompañada por una más que solvente banda formada por Sarah Tomek a la batería, Ron Johnson al bajo y Matt Wade a los teclados, la guitarrista ofreció una masterclass de riffs, fraseos y excelentes solos que hicieron vibrar a un público entregado y que terminó volviéndose loco cuando la rubia platino se quitó su chaqueta para atacar la enérgica parte final de su concierto, donde destacó Black Wind Howliny Shake’em Down en la que abandonó su elegante Gibson SG blanca para colgarse de nuevo la Cigar Guitar Box y poner un broche de oro a una maravillosa noche del mejor Blues Rock.

Autor: Marcos Sánchez.

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