No es nada fácil jugar en un campo que varía y mucho en dimensiones del propio. Menos aún si esa diferencia en el tamaño del terreno de juego te obliga a jugar de una forma a la que no estás acostumbrado, mientras que tu rival está diseñado específicamente para ese estilo. Y si además no tienes un día especialmente inspirado, pues te pasa lo que le ha pasado hoy al Real Jaén, que vuelves sin puntos de El Palo.
Fue superior el cuadro malacitano en virtud a lo físico. También se emplearon los de David Campaña con una contundencia por ocasiones desmedida y poco castigada por un colegiado a la que el partido no se le escapó de las manos por muy poco. Así, la primera mitad se convirtió en una sucesión de balones en largo, faltas y duelos aéreos que a poco estuvo de mandar con Morfeo a algún espectador. Sólo los rifirrafes entre jugadores, propios de un partido que se sabía se iba a ganar en el cuerpo a cuerpo, ponían picos en un electroencefalograma especialmente plano.
Tal fue la pérdida de tiempo que hubo en el primer acto que el colegiado se vio obligado a dar cuatro minutos de añadido. No le habría venido nada mal al Real Jaén que el descuento hubiese sido menor porque en el 49 recibió el primer mazazo. Ya a los diez minutos de juego le habían anulado por fuera de juego un gol a El Palo y lo cierto es que a los puntos el cuadro malagueño estaba siendo mejor. Por eso no fue una sorpresa mayúscula que se fueran a vestuarios por delante en el marcador gracias a un saque de esquina que remató al fondo de la red Falu.
No suelen sentar bien esos goles tan cerca del descanso y, aunque seguro que hubo charla de Chumilla en la caseta buscando la reacción del equipo, la segunda puñalada no tardó en llegar. Destiny ahondó en la herida jienense poniendo muy cuesta arriba un encuentro en el que pintaban bastos para los lagartos, que aún así lo intentaron. Chumilla reaccionó al segundo gol con un carrusel de cambios que, aunque dieron una imagen al equipo de estar más fresco, no consiguieron sacar el choque de esa refriega física que lo caracterizó.
Los minutos fueron volando en el luminoso sin que llegase ese gol que alentase las esperanzas blancas y las sensaciones empeoraron con las esporádicas llegadas que sí que tuvo el conjunto local pues, a pesar del mucho corazón que pusieron sobre el césped los blancos, las mejores ocasiones de la segunda mitad fueron para El Palo.
Cabe tener en cuenta además que si ya es complicado remontar un dos a cero en casa ajenas, imagínense hacerlo ante un equipo que todavía no sabe lo que es recibir un gol esta temporada. El liderato que ostenta el club de la Costa del Sol no es casualidad, si no fruto del trabajo y también de un estadio peculiar en el que se sabe hacerse muy fuerte.
El choque acabó siendo una lección para el Real Jaén y también para todos aquellos a los que la euforia les había llevado a pensar que la temporada del centenario iba a ser un paseo triunfal.