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Andalucía más que verde

Impuestos. Y vuelta la burra al trigo

Volvemos a tener sobre la mesa un nuevo episodio de la lucha por ver quien la tiene más larga entre el PP y el PSOE

Publicado: 05/10/2022 ·
14:18
· Actualizado: 05/10/2022 · 14:18
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Andalucía más que verde

'Andalucía más que verde' es un blog colectivo en el que distintas firmas priman la ecología como piedra angular

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Volvemos a tener sobre la mesa un nuevo episodio de la lucha por ver quien la tiene más larga entre el PP y el PSOE.

Esta vez a cuenta de los impuestos. O de su bajada, mejor dicho.

No se han parado a pensar, y ni mucho menos a explicar, para qué sirven los impuestos.

Porque un impuesto no es una multa ni una penalización por algo que hayamos hecho mal.

Se trata de la imprescindible aportación, según la capacidad y la situación de cada cual, que toda la ciudadanía tiene que hacer para mantener y asegurar las infraestructuras y los servicios públicos que todas disfrutamos y de las que en buena medida nos aprovechamos para asegurar nuestra situación económica, que es la que genera la cuantía con la que debemos contribuir.

Ante esto, cada cual baja unos u otros impuestos y lo presenta como un beneficio para toda la gente.

En cambio, todos sabemos que no es lo mismo bajar el impuesto del patrimonio que hacerlo con el I.R.P.F.

Como tampoco es lo mismo dedicar los impuestos a financiar actividades privadas o que no representan a la mayoría de la gente, que dedicarlos a combatir situaciones de emergencia que afectan a toda la ciudadanía, como la lucha contra la emergencia climática.

Como también sabemos que todos los gobiernos son muy valientes a la hora de bajar los impuestos y no lo son tanto a la hora de limitar los beneficios astronómicos e incluso inmorales de muchas grandes empresas.

También vemos como son capaces de bajar los impuestos a los que más tienen y, a la vez, pedir más dinero de otras administraciones para cubrir sus déficits para financiar políticas sociales.

Algo que luego les servirá como justificación para desmantelar y privatizar los servicios públicos. (Como diría un amigo mío: “si aquí está todo estudiao”)

Hay quien incluso se atreve a decir que, en un contexto de necesidad y crisis, en el que la población más necesitada y con más precariedad aumenta exponencialmente, lo ideal es bajar los impuestos.

Como si los servicios públicos y las coberturas que el Estado o las comunidades autónomas dan a la ciudadanía fueran caídos del cielo y no costaran nada.

A estas alturas de la película, seguir pensando que el beneficio de los más ricos redundará en un beneficio para todos responde más a una esperanza hueca que a una realidad contrastable, cuando no a una manipulación descarada.

Gracias a los impuestos que pagaron las generaciones que estuvieron antes que nosotros, nuestros padres y abuelos, hemos podido disfrutar de carreteras, puertos, hospitales, colegios y un largo etcétera que de otra manera hubiera sido imposible.

Quizá no lo valoremos convenientemente, pero sin esa inversión en su futuro, y nuestro presente, las condiciones de vida serían mucho peores de lo que lo son ahora.

Por eso dejar de pagar impuestos ahora es un engaño a los que estamos y un robo a los que vendrán.

Así que no, que no te digan que te están bajando los impuestos, lo que están es recortándote los servicios públicos.

Como es lógico, porque siempre lo hay, alguien que esté leyendo esto estará pensando que a mí me gusta pagar impuestos.

Pues no, claro.

A nadie le gusta, aunque sepa que es su obligación.

Pero tampoco me gusta pagar, por ejemplo, la cuota del gimnasio y la pago gustoso para poder disfrutar de unos servicios de primera y unas instalaciones apropiadas.

Y eso, además, me da derecho a poder reclamarlos si veo que no me los están dando y, por lo tanto, me están estafando.

Por cierto, espero que se empiece a usar la palabra estafar para definir lo que desde algunos partidos se propone como programas de gobierno basados en arruinar las perspectivas de presente y futuro de sus conciudadanos.

En fin, y para terminar, que no les compro la moto.

Que no me creo que las bajadas de impuestos nos beneficien a todos por igual y desde luego que no me trago sus manipuladas cifras de enriquecimiento colectivo que no son sino cuentos de la lechera bien presentados y maquetados en cuidadas presentaciones de powerpoint.

Yo pago mis impuestos, con dificultades, porque la situación está complicada, pero lo hago.

Y con la certeza de que es lo que debo hacer como ciudadano que cuida de lo que tiene alrededor y de la gente que lo hace posible. Que ama a su gente y a su tierra y que quiere para ellos lo mejor.

Porque, ahora que algunos intentan meter el término por todos lados, pagar impuestos es de patriotas.

David Palomino Ramírez

Miembro de la Ejecutiva de Verdes EQUO Andalucía

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