La finca La Molinilla, de la empresa Nueces de Ronda ha comenzado su temporada de cosecha. La época de recogida empezó el pasado lunes 10 de octubre con la recolección de la variedad de nuez Serr.
La finca plantea que su periodo de recogida, continuando con el resto de variedades, se extenderá hasta mediados de noviembre. Si el clima continúa como hasta ahora y no hay bajadas bruscas de temperaturas se estima una recogida de en torno a 60 toneladas. Álvaro Fernández, gerente de Nueces de Ronda ha afirmado que esta cosecha ha sido de las mejores que ha sacado la empresa. La climatología apunta que ha sido un factor muy importante y que este año ha sido excelente. También las mejoras introducidas en el riego han contribuido a que las nueces salgan más grandes y llenas de lo habitual.
La nuez rondeña se vende en diferentes partes de España, principalmente en el norte y por toda Andalucía. Las provincias que más la consumen son Málaga, Córdoba, Sevilla y Cádiz. El interés de la empresa, según cuenta Álvaro Fernández, es que el producto se quede en España. No buscan exportarla a otros países. “Queremos que se valore que cerca de casa hay una nuez muy buena y de calidad”, afirma Fernández.
La finca de La Molinilla cuenta con 45 hectáreas, de las que 35 están cubiertas por nogales de distintos tipos de nuez. Los tres tipos principales son la Serr, la Howard y la California.
El negocio lo comenzó el padre de Álvaro hace más de 30 años, en 1986. De esta fecha datan los nogales más antiguos de la finca, que comparados con los plantados el pasado febrero, son unos veteranos. A día de hoy, Nueces de Ronda cuenta con aproximadamente 10.000 nogales.
Para la recogida de la nuez, se extienden fardos por el suelo y se procede a sacudir el árbol con un vibro para producir una “lluvia de nueces”. Estas se recogen y se llevan a la planta de procesado para separarlas de ramas, piedras y cualquier objeto no deseado. Después se lavan con agua potable y se secan en una explanada al sol. Si el tiempo no lo permite por la lluvia, las nueces pasan a secarse en cuatro hornos de 500 kilos cada uno. Una máquina separa la nuez hueca de la llena y después pasa por un control de calidad humano en el que se desechan las defectuosas. Finalmente la nuez pasa a ser envasada en una malla de rafia en lotes de 20, 10 o 5 kilos para venta y de un kilo si su destino final es un supermercado.
