El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ha asegurado que pasar hambre en el país "no está justificado" ya que la población puede recurrir a las políticas sociales que su Gobierno ha dispuesto para tal fin, como el Auxilio Brasil.
"Hay gente que pasa hambre, sí, pero no está justificado", ha insistido Bolsonaro en una entrevista para el podcast Inteligencia Ltda. "Son como 20 reales al día (unos 4 euros), sé que no es mucho, pero da para comprar, por ejemplo, 2 kilos de pollo en el supermercado", ha dicho.
"¿Qué es la pobreza en Brasil? El tema del hambre es para quién gana hasta 1,9 dólares al día. Vamos a redondearlo, 2 dólares al día. Entonces, cualquiera que gane hasta 10 reales al día se está muriendo de hambre", se ha preguntado.
"Nuestro Auxilio Brasil paga 600 reales al mes (117 euros), paga 20 reales al día, el doble de 10. Entonces, si alguien tiene hambre en Brasil, es muy fácil registrarse y recibir Auxilio Brasil", ha dicho el presidente Bolsonaro.
Bolsonaro también ha cuestionado las cifras que su oponente en estas elecciones, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, ha puesto encima de la mesa para denunciar esta situación en Brasil, a quien ha acusado de "estar mintiendo".
"Él es un mitómano, él miente. Siempre dice que hay 30 millones de personas pasando hambre. Mira, ¿quiénes son pobres en Brasil? Los que ganan hasta 1,9 dólares al día", ha insistido nuevamente el presidente brasileño.
No es la primera vez que el candidato a la reelección minimiza, cuando no niega, el hambre en Brasil. En agosto, en otra entrevista en la emisora Jovem Pan, afirmó que en las calles del país no se ve a la gente "pidiendo pan", en respuesta a unas declaraciones de la excandidata y ahora aliada del expresidente Lula, Simone Tebet, de que 33 millones de brasileños pasan hambre.
De acuerdo con un informe publicado en junio por la Red Brasileña de Investigación sobre Soberanía y Seguridad Alimentaria y Nutricional, cerca de 33,1 millones de personas pasan hambre a diario en Brasil.
Ese mismo mes, otro informe elaborado por la Fundación Getúlio Vargas reflejó que casi un tercio de los brasileños dispone para pasar el mes menos de un salario mínimo, 1.212 reales (unos 237 euros).
Mientras tanto, la primera dama, Michelle Bolsonaro, sigue siendo parte activa de la campaña para esta segunda vuelta. Si hace unos días tuvo que salir en auxilio de su esposo para matizar unas polémicas declaraciones sobre unas menores venezolanas a las que acusó de ejercer la prostitución, ahora ha presentado las elecciones del 30 de octubre como una "guerra" entre el bien y el mal.
"Esta guerra no es sobre un político, es sobre la ideología del bien, es sobre lo que Satanás quiere hacer. No miren a mi marido, mírenme a mí, que soy una sierva del señor", ha clamado la primera dama en una reunión religiosa en la zona norte de Río de Janeiro.
"Brasil es la última barrera para el comunismo", ha dicho Michelle, quien ha reconocido que su esposo "tiene los mismos defectos" que todos. "Perfecto solo es Jesús y Jesús no gustó a todos", parece comparar la primera dama al hijo de dios con Bolsonaro.