La última secuencia de acontecimientos, culminada con el desastre del primer tiempo en Oporto y la eliminación hasta de la Liga Europa, ha devuelto al Atlético de Madrid a la crisis casi permanente del último año y medio, cada vez más discutido Diego Simeone en sectores de su hinchada y del club y cada vez más en entredicho el equipo; todos sometidos a un plebiscito este domingo contra el Espanyol, en otra pelea, con el descenso al acecho suyo.
Entre la crítica y la autocrítica, el Atlético de Simeone navega por las aguas más turbulentas de los últimos cursos, tanto como lo fue la derrota contra el Levante el pasado febrero, tanto como lo fue la eliminación de la Liga de Campeones en un grupo con el Qarabag en 2017-18 (luego fue campeón de la Liga Europa, ahora no tiene ni siquiera esa opción), tanto como su recorrido por el curso 2019-20 hasta la pandemia, cuando era sexto, o tanto como sus caídas en la Copa del Rey con la Cultural o el Cornellá.
No es un panorama desconocido si se echa la vista hacia atrás a momentos recientes, ni para el equipo rojiblanco ni para muchos de los jugadores ni para el técnico argentino, el entrenador más ganador de la historia del Atlético, el líder de un proyecto que rebasó cualquier expectativa y percepción con una sucesión irrebatible de títulos, ocho, entre ellas dos Ligas -las únicas que no han ganado Real Madrid o Barcelona en las últimas 18 campañas-, pero que ya no gana como antes, mientras resurgen voces críticas y dudas en torno a un proyecto acabado en Europa, pero aún vivo en la Liga y en la Copa del Rey.
A ambas competiciones se agarra Simeone, la cabeza visible de todo lo que ocurre en el conjunto rojiblanco, el foco que siempre está en el centro de todo, del elogio y de la crítica. También la persona que ha elevado con sus méritos deportivos la exigencia del Atlético hasta las insaciables cotas en las que se mueve ahora, que precisamente son las que lo presionan en este presente, en el que insiste en su persecución de las primeras posiciones, a nueve puntos de la cima del Real Madrid y a ocho de la segunda plaza del Barcelona.
Tercero, en ese filo de luchar o no por la Liga, de sobrevivir en la competencia directa por el título con ambos equipos antes del inminente parón por el Mundial 2022, está hoy por hoy el Atlético, de pronto desfigurado por la derrota en Cádiz (3-2), con un gol al principio (a los 27 segundos) y al final del duelo (en el minuto 99), que rompió con una secuencia de cuatro victorias y un empate en las cinco jornadas anteriores, antes de perder en Oporto para reponer todo patas arriba en un club en el que no hay términos medios y que se había acostumbrado hasta 2020-21 a la estabilidad absoluta que le dio Simeone.
Siete goles en contra en los últimos tres choques oficiales, concentrados en una semana demoledora para el Atlético, que señala directamente al funcionamiento defensivo, otrora una estructura fiable y admirada por toda Europa, agravan la recaída del equipo rojiblanco y lo exponen al enfado de su afición, que apenas ha visto en su campo tres triunfos en ocho compromisos en este curso en casa; uno de ellos nada más en los cinco más recientes: el agónico 2-1 con el que se impuso al Girona.
La reacción del público hacia Simeone, su conjunto y la directiva, encabezada por Miguel Ángel Gil Marín, consejero delegado, y Enrique Cerezo, presidente, centra la atención en el partido contra el Espanyol, ganador en nada más una de las últimas ocho jornadas antes de aparecer en el Metropolitano.
Allí fue el primer visitante de la historia en ganar en la Liga (0-2, el 6 de mayo de 2018) y allí, el pasado 17 de abril, perdió con el tiempo cumplido, en un penalti de VAR que marcó Yannick Carrasco en la última jugada del partido.
Pero el Espanyol sólo ha ganado uno de sus últimos diez duelos como visitante contra el Atlético, entre el desaparecido Vicente Calderón y el actual Metropolitano, a donde acude con un balance de sólo cuatro puntos de 30 posibles: un triunfo en la temporada 2017-18 (0-2) y un empate en la 2016-17 (0-0). El resto de encuentros se han saldado con victoria del anfitrión, habitualmente con resultados ajustados.
En cualquier caso, el Espanyol se centra en el presente y no en la historia y viaja dispuesto a sumar tres puntos claves para relanzar su trayectoria en esta campaña. Sin los lesionados Rubén Sánchez, Adrià Pedrosa y Gori, los catalanes persiguen un triunfo que se resiste desde el 16 de octubre, contra el Valladolid (1-0). Desde entonces, han perdido contra Osasuna (1-0) y han empatado frente al Elche, el colista (2-2), y al Mallorca (1-1).
El cuerpo técnico está satisfecho por el crecimiento del grupo, pero no esconde que un triunfo, y más ante un rival de entidad, supondría una inyección anímica importante en un equipo cuyos números son ligeramente mejores a domicilio que en casa (seis puntos frente a cinco).
Ante él, aún sin Koke Resurrección, por lesión, además de Saúl Ñíguez, por sanción, Simeone opondrá un equipo con cuatro variaciones respecto a Oporto: Marcos Llorente, de vuelta a la titularidad y al interior derecho un mes u ocho partidos después, con el Mundial de Qatar 2022 ya a la vista; Geoffrey Kondogbia, que regresa al medio centro tras las molestias sufridas en Cádiz; Yannick Carrasco, que retoma la banda izquierda; y Álvaro Morata, que jugará en el ataque junto al indiscutible Antoine Griezmann.
En el once, otra vez un territorio ajeno a Joao Félix, salvo giro inesperado (ha sido suplente en nueve de los últimos diez encuentros y, tras su reaparición como titular en Oporto, apunta al banquillo este domingo), siguen Jan Oblak, el mejor en Do Dragao; Rodrigo de Paul, Griezmann...
Y toda la defensa: Nahuel Molina, Stefan Savic, José María Giménez y Reinildo Mandava. Los goles del Oporto señalaron a los cuatro, a los dos centrales más que a los dos laterales, pero son los zagueros que más convicción despiertan en Simeone para armar la línea de cuatro atrás, por encima entre las variantes que dispone, como Mario Hermoso, Felipe Monteiro o Sergio Reguilón.
Axel Witsel, admirado como central en la pretemporada, mucho menos concluyente como medio centro ahora, apunta a suplente, igual que Thomas Lemar, recién recuperado de una elongación muscular que lo ha apartado de los últimos cinco choques.
- Alineaciones probables:
Atlético de Madrid: Oblak; Molina, Savic, Giménez, Reinildo; Llorente, De Paul, Kondogbia, Carrasco; Griezmann, Morata.
Espanyol: Lecomte; Óscar Gil, Sergi Gómez, Cabrera, Oliván; Vini Souza, Darder, Edu Expósito; Puado, Braithwaite, Joselu.
Árbitro: Pulido Santana (C. Las Palmas).
Estadio: Metropolitano.
Hora: 14.00.
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Plebiscito en el Metropolitano contra el Espanyol
El Atlético de Madrid vuelve a la crisis casi permanente del último año y medio
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