La organización agraria Asaja ha estimado una merma de producción de aceite de oliva de un 50 por ciento en la provincia de Almería para esta campaña conforme al primer avance del aforo del olivar 2022-2023, por lo que prevé una de las campañas "más atípicas" para el sector en la última década "con precios elevados, merma de producción, desmesurado incremento de costes de producción" y una "brutal volatilidad y especulación".
Este año se espera cosechar alrededor de 55.000 toneladas de aceitunas para molturar de las que se obtendrán 10.000 toneladas aceite de oliva en Almería, lo que supone un descenso del 31 por ciento menos que la media de las últimas cinco campañas, según los cálculos avanzados por la patronal agraria.
Así, la zona del Campo de Tabernas sería la menos afectada con un 30 por ciento menos de cosecha; siendo la zona del Valle del Andarax "una de las más golpeadas con casi una reducción del 70 por ciento en este inicio de campaña", seguida de la comarca del Almanzora donde "apenas hay aceituna con una reducción de casi el 80 por ciento en regadío".
Se trata de una previsión de aquellas comarcas donde ya se ha iniciado la recogida, ya que aún hay zonas en las que la mayor actividad se producirá durante los meses de diciembre y enero, si bien las diferencias según zonas y el sistema de cultivo (secano y regadío) son "evidentes".
De esta forma, las previsiones y sensaciones de la organización agraria para esta campaña "tienen diferente color según el tipo de explotación, ya que algo más de la mitad de la superficie que tiene la provincia se encuentra en régimen de secano, aunque en esta campaña es el cultivo en regadío donde la cosecha se puede quedar reducida a más de la mitad de lo habitual" ante el "estrés hídrico" de las explotaciones.
No obstante, en la comarca del Andarax "hay agua suficiente y el problema no radica en si el sistema es de secano o regadío, sino en un problema de cuaje en la trama del olivo, donde señalan a la calima entre otros factores como principal culpable de la alteración de sus ciclos", según han explicado.
La presidenta provincial de Asaja, Adoración Blanque, ha afirmado que ante las primeras impresiones y a pesar de la reducción inicial de producción, "no estaríamos ante la peor campaña de aceituna debido a que las copiosas precipitaciones que hubo en la provincia durante la primavera han supuesto un alivio".
"Aunque el olivar ha mantenido bastante bien la humedad, la extrema sequía acontecida en los últimos meses está provocando una sobre maduración de la aceituna, por lo que desde Asaja advertimos que retrasar demasiado la recolecta podría arruinar la campaña ya que no es seguro ni que la aceituna consiga aguantar hasta el mes de enero, ni alcance producir aceite de oliva virgen extra de calidad", ha dicho.
En relación con el precio, los agricultores prevén una campaña "atípica" marcada por unas cotizaciones "nunca registradas anteriormente" debido a que el precio del kilo de aceite se ha incrementado en un 40 por ciento "alcanzando casi los cinco euros".
La motivación de este aumento ha sido "en parte por la reducción tan desmesurada de cosecha en el resto de Andalucía". Sin embargo, han destacar que aunque el precio en origen es muy alto, para el consumidor "también lo es y el consumo podría detraerse", según Blanque. No obstante, el sector mantiene la esperanza de que el consumo de aceite de oliva virgen extra "no se desvíe hacia el lampante debido a que oscilan el mismo precio".
En este sentido, también han incidido en el "inasumible aumento de costes de producción sobre todo en envasado donde el coste de la botella, etiqueta, tapón, logística y comercialización también se han incrementado". En la misma línea, creen que hay que "estar alerta ante los precios y las inclemencias meteorológicas que atañen a nuestros principales países competidores como Grecia, Italia o Portugal", según Blanque.
En el ámbito regional el aforo estimado contempla una producción de aceite de oliva para la campaña 2022/2023 es de 587.000 toneladas, una disminución del 49 por ciento en comparación a la campaña precedente; debido a la acusada sequía y falta de dotaciones de riego en las principales zonas productoras, aunque desde Asaja mantiene la esperanza de que la falta de precipitaciones se revierta.