La consejera de Medio Ambiente, Cintia Castillo, inauguró las instalaciones que se encuentran en el Camino de servicio de La Carolina a Carboneras. Concretamente, en el Paraje Benavente. el pasado viernes, 7 de noviembre.
Impacto ambiental
Puede decirse que este proyecto ha sido prioritario para la Consejería. No sólo se debe al volumen de población, sino también a la ubicación geográfica. Y es que, el municipio carolinense es puerta de Sierra Morena, así como del Parque Natural de Despeñaperros.
Así, se espera que la puesta en funcionamiento de estas instalaciones reduzcan el impacto ambiental del entorno geográfico, tanto visual como acústico.
Por otro lado, comentar que esta planta permitirá al municipio, según expresaron desde la Consejería y el Consistorio local, “disponer de un sistema de saneamiento que completa el ciclo integral del agua, desde el suminitro a la depuración”, prestando servicio a los más de 15.000 habitantes de la localidad.
A través de esta intervención se tratará de mejorar el servicio aportado a la ciudadanía. Acopio, regulación, abastecimiento y saneamiento, serían los servicios bássicos garantizados mediante estas nuevas instalaciones.
Futuras actuaciones
Tal y como explicaron, la depuradora de aguas residuales ha sido diseñada pensando en una futura ampliación que venga originada por el posible aumento de población.
No obstante, las actuaciones llevadas a cabo no se quedarán ahí. Y es que, para el próximo año 2009, está prevista la construcción de dos colectores que contarán con una inversión de 900.000 euros.
Datos técnicos
Con una capacidad de tratamiento de 3.434 metros cúbicos diarios de aguas residuales, esta planta depurará al año 1,26 hectómetros de agua.
Lo hará a través de las dos líneas de tratamiento biológico de agua y fango, así como de las dos líneas de decantación y desinfección que han sido instaladas.
Según informaron, una vez puesta en funcionamiento, y cuando el proceso biológico garantice la completa depuración de las aguas, el Ayuntamiento carolinense podría meditar la utilización de este recurso acuífero para el riego del campo, favoreciendo que el agua destinada al campo no perjudique en el consumo habitual de este bien.
