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Punta Umbría

El Dalí más histriónico se revela a través de las revistas en Málaga

El Salvador Dalí más histriónico, el que hizo de sus apariciones y colaboraciones en revistas una fructífera modalidad de promoción personal y artística, se revela en una exposición con más de 240 documentos que se abre hoy al público en las salas de la Fundación Picasso en Málaga.

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  • Inauguración de la exposición ?Salvador Dalí y las revistas? en la sala de la Fundación Picasso de Málaga. -
El Salvador Dalí más histriónico, el que hizo de sus apariciones y colaboraciones en revistas una fructífera modalidad de promoción personal y artística, se revela en una exposición con más de 240 documentos que se abre hoy al público en las salas de la Fundación Picasso en Málaga.

Se trata de una selección de los fondos pertenecientes a la Fundación Gala-Salvador Dalí relativos a estas publicaciones, que suponen un “compendio” de lo que fue el artista ampurdanés, afirmó ayer Luis Reverter, secretario general de la Fundación La Caixa, que organiza la exposición.

Muy tempranamente, en 1919, comenzó sus colaboraciones en su ciudad natal, Figueras, con la revista Studium, donde publicó artículos dedicados a Goya, El Greco, Durero, Leonardo da Vinci, Miguel Ángel o Velázquez.

Pero fue su viaje a los Estados Unidos, a finales de los años 30, el que le hizo comprender la importancia de la imagen, un concepto todavía incipiente entonces en Europa.

“Desde ese momento, uno de sus intereses fue aparecer él, sus obras o su nombre en el máximo de sitios posibles”, comentó Luis Reverter.

Después llegarían las portadas diseñadas por el propio Dalí, como las muy conocidas de la revista Vogue, y el uso de estas páginas para “jugar al surrealismo”.

“Expresaba en la portada lo que quería que se difundiera entre el gran público que no iba a ver una exposición y utilizó las revistas para expandir el surrealismo”, ha apuntado el secretario general de la Fundación La Caixa.

Otras portadas usaban obras de Dalí, algo que éste “propiciaba todo lo que podía y más”, y si el artista sabía que iba a aparecer en una fotografía, “intervenía cuando podía, se mejoraba, se cambiaba o se ponía un bigote diferente para hacerse publicidad, que le encantaba”.

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