Gustavo Guillermo, mano derecha de María Teresa Campos desde hace décadas y al que quiere como si fuese un hijo - como ha confesado en más de una ocasión la veterana presentadora - está viviendo sus horas más bajas.
Y es que tras descubrirse que fue Belén Rodríguez la que filtró a la prensa la comida que la malagueña dio en su casa el pasado mes de agosto y a la que acudieron Rocío Carrasco, Fidel Albiac, Kiko Hernández y su nieta Alejandra Rubio (que por aquel entonces tenía muy mala relación con el tertuliano de 'Sálvame) va ganando peso la teoría de que Gustavo fue el cómplice necesario para que se señalase a la hija de Terelu como la 'culpable' de la presencia de cámaras en la reunión.
Sin querer decir claramente la palabra 'topo', Terelu Campos sí ha reconocido que tanto ella como su hermana Carmen Borrego están muy dolidas y ella en particular ha sentido una "grandísima decepción" con Gustavo, ya que nunca se hubiese imaginado que fuese el "colaborador necesario" de Belén Ro para hacerle daño tanto a Alejandra como a ella.
Unas declaraciones que están dando mucho que hablar y tras las que el chófer ha reaparecido tranquilo y de nuevo al lado de Teresa Campos, a quien su hija quiere mantener al margen de todo esto. "No voy a decir nada, pero mi relación con Terelu es buena, buena, buena. La relación es buena con las dos" ha asegurado, dejando claro que él no es un topo como se ha especulado: "¡Por Dios! Tú me conoces. Bueno, muchas gracias. Hasta luego".
