Laura Pollán, portavoz del grupo disidente, declaró a Efe que el ómnibus la trasladó hasta su casa, y calificó lo ocurrido como un “secuestro” porque fueron “obligadas”.
Los agentes, en su mayoría mujeres vestidas de civil o con uniformes del ministerio del Interior, obligaron a las integrantes de las Damas de Blanco a subir a los autobuses en medio de una operación en la que también participaron policías uniformados para cerrar las calles adyacentes.
Las Damas de Blanco, familiares de los 75 opositores detenidos en la oleada represiva de 2003, asistieron hoy a misa en una iglesia de Párraga, barrio de las afueras de La Habana, y después tenían previsto visitar al opositor Orlando Fundora, que presuntamente está en huelga de hambre desde hace días.
Cuando las disidentes abandonaron el templo, unos 300 partidarios del gobierno cubano comenzaron a seguirlas y hostigarlas con gritos y consignas a lo largo de unos dos kilómetros, a medida que más personas se sumaban a la contra manifestación.
Las Damas, que vestían de blanco y portaban gladiolos como es habitual, se manifestaron con gritos de “libertad” y “asesinos”, al tiempo que los simpatizantes del gobierno respondieron “abajo la gusanera” y “que se vayan”.
Al menos en dos ocasiones, agentes de la seguridad del Estado las invitaron a terminar la caminata y subir a un ómnibus facilitado por ellos, pero las Damas se negaron e insistieron en visitar a Fundora, miembro del grupo de los 75.
Mientras caminaban, un cordón de agentes del ministerio del Interior rodeó a las mujeres, hasta que finalmente un autobús de pasajeros vacío bloqueó la calle y fueron forzadas a marcharse en él y en otro que llegó después, empujadas y arrastradas, muchas con sus ropas blancas embarradas.
El operativo incluyó una ambulancia y un vehículo de las brigadas especiales de la policía y concluyó con cientos de manifestantes pro gubernamentales gritando consignas a favor del presidente de Cuba, Raúl Castro, y de su predecesor y hermano, Fidel, que llevan más de 51 en el poder.
Los autobuses trasladaron a las Damas de Blanco directamente hasta la casa de Pollán, en el centro de La Habana.
Amnistía pide la liberación de los detenidos
Amnistía Internacional (AI) pidió ayer a las autoridades cubanas que revoquen las leyes que restringen la libertad de expresión, reunión y asociación, y que liberen a los disidentes detenidos injustamente.
En un comunicado divulgado ayer en Londres, la organización humanitaria señala que ha pedido al presidente cubano, Raúl Castro, que permita la observación independiente de la situación de los derechos humanos en Cuba por expertos de la ONU.
La petición se hizo antes del séptimo aniversario de la detención de 75 disidentes cubanos, alrededor del 18 de marzo de 2003, pero de estos arrestados, 53 continúan privados de libertad, añade AI. Amnistía Internacional destaca el caso de Orlando Zapata Tamayo, arrestado en marzo de 2003, que murió el 22 de febrero de este año después de pasar varias semanas en huelga de hambre como medida de protesta por las condiciones de reclusión.
“Las leyes cubanas imponen límites inaceptables sobre el derecho a la libertad de expresión, asociación y reunión. Cuba necesita desesperadamente reformas políticas y jurídicas para estar en consonancia con las principales normas internacionales de derechos humanos”, afirmó Kerrie Howard, directora adjunta de AI para América.