Elena Zurita, extrabajadora de Hammam Andalusí Baños Árabes de Jerez, llegó este miércoles a un acuerdo con la empresa antes de la celebración del juicio por el despido y vulneración de derechos laborales, después de que denunciara la “sexualización” de su trabajo.
La trabajadora afirma que lo más grave para ella fue “tener que trabajar en bañador” para dar masajes y tener que cambiarse de ropa “frente a las oficinas de los jefes”. Zurita había pedido antes de ser despedida que en el momento de la realización del masaje “hubiera siempre una segunda compañera” que se instalara “un botón del pánico”.
Había denunciado que en la recepción del centro cogían citas de lo que se conocen como “masajes de riesgo”, que según explica son hombres “que acuden solos”, mientras que las masajistas están “en una sala que no está comunicada”.
Estas reivindicaciones, según la trabajadora, provocaron su despido y la intención del juicio era conseguir la nulidad del mismo, pero finalmente la empresa ha aceptado que el despido sea considerado improcedente y se ha llegado a un acuerdo entre las dos partes. “Me han castigado por crear una sección sindical, por informar a mis compañeras de sus derechos, por luchar para que se nos respete como empleadas y como mujeres y por exigir un protocolo contra el acoso sexual”, decía Zurita.
La portavoz de Adelante Andalucía, Teresa Rodríguez, acudió a la concentración en la puerta del Juzgado de lo Sociual y dijo que la empresa “aprovecha y sexualiza la actividad laboral” y que cuando una trabajadora pide un protocolo o un uniforme normal, “le planta un despido”.