El documento, que ha sido consensuado con los partidos políticos y acordado por unanimidad en el último Consejo Interterritorial de Salud, se ha enriquecido con algunas medidas después de las críticas vertidas por Farmaindustria y las oficinas de farmacia al recaer sobre ellas la contención del gasto sanitario.
A través de esta medida, se modificará el cálculo de los precios de referencia de los medicamentos, se rebajará un 25% el de los genéricos y se fijará un precio máximo de financiación para algunos fármacos dirigidos a síntomas leves.
Pese a este esfuerzo, las farmacias se verán favorecidas al tener que pagar al Sistema un 7,8% de sus ingresos, en lugar del 8% que aportaban hasta ahora, y hacerlo sólo a partir de una facturación de 37.500 euros al mes superior a los 32.336 actuales.
La modificación de la escala de aportaciones por volumen de ventas será “más equitativa” al permitir que paguen menos las farmacias que menos facturen e incluso que un gran número de boticas dejen de pagar, y solamente las que más ganan aumenten su aportación al sistema, según el departamento que dirige Trinidad Jiménez.
Con este cambio, el 98% de las farmacias españolas bajarán su aportación a una tasa que ellas califican, coloquialmente, de “impuesto revolucionario”.
La nueva escala tendrá en cuenta las recetas de medicamentos, dispensados con cargo a los fondos públicos, incluidas la Mutualidad General de Funcionarios Civiles del Estado, la Mutualidad General Judicial y el Instituto Social de las Fuerzas Armadas.
La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa de la Vega, comentó que este decreto es el “más importante hasta el momento” adoptado en el conjunto del Estado, para favorecer el ahorro y contener el gasto en la actual situación de crisis económica.
Mediante la reforma del sistema de precios de referencia, la reducción del precio de los medicamentos genéricos y una regulación más precisa de los descuentos que realicen los distribuidores a las farmacias se logrará un ahorro estimado de 1.146 millones de euros.
Además, se revisará el precio de algunos medicamentos de uso muy común, por ejemplo, analgésicos y antipiréticos, lo que permitirá ahorrar otros 360 millones.
En cuanto a la reforma del sistema de precios de referencia, que logrará un ahorro de 888,67 millones de euros, se marca el cálculo de cada conjunto homogéneo de medicamentos –mismo principio activo– con el precio más barato –por coste, tratamiento y día– y no con la media de los tres más baratos como ahora.
La reducción del precio industrial de los medicamentos genéricos, que puede alcanzar hasta al 30%, será progresiva, teniendo en cuenta la diferencia porcentual existente entre el coste de venta al público, impuestos incluidos, y el correspondiente precio de referencia.
También se prevé la reducción, en un 30%, del precio industrial de los medicamentos genéricos no incluidos en el sistema de precios de referencia.
El texto regula los descuentos, hasta un máximo del 5%, del 10% si son genéricos, por pronto pago o por volumen de compras que realicen los distribuidores y la industria a las farmacias, que sólo serán factibles siempre que no se incentive la compra de un producto frente al de sus competidores.
El texto añade al borrador inicial mayores márgenes fijos para los medicamentos de mayor precio, es decir, a partir de 91,63 euros el envase se incrementa en 5 euros para los medicamentos cuyo precio esté entre 200 y 500 euros, y en 10 euros para lo que superen los 500 euros.