Por número de regiones y con apenas el 50% de los votos escrutados en la mayoría de ellas, el vencedor de los comicios es el centro-izquierda, aunque el centro-derecha registra un significativo avance con respecto a 2005.
Hace cinco años el centro-izquierda se hizo con once de las trece plazas disputadas y ahora se quedaría con siete, frente a un centro-derecha que sumaría cuatro, al ganar en Lombardía y Veneto y arrebatar Campania y Calabria a sus oponentes políticos.
En concreto, en el Veneto se impone el candidato de la federalista Liga Norte Luca Zaia, que concurrió en coalición con el Pueblo de la Libertad (PDL) del primer ministro italiano, Silvio Berlusconi.
En unas elecciones en las que el principal protagonista fue la abstención con una participación del 65% (una caída de 7 puntos con respecto a 2005), el centro-izquierda se mantiene en algunos de sus feudos como Emilia Romaña, Toscana y Las Marcas y se confirma, además, en Apulia, Liguria, Umbria y Basilicata.
La lucha más igualada se libra en Piamonte y Lacio, donde las diferencias entre los candidatos del centro-derecha y del centro-izquierda son mínimas.
La atención está puesta en el Lacio, cuya capital es Roma, donde la participación cayó diez puntos con respecto a 2005 y en la que la campaña estuvo marcada por la exclusión de la lista del PDL y los problemas de la candidata del centro-derecha para poder concurrir a los comicios.