Hay jornadas que es mejor olvidar cuanto antes y la que ha vivido el Real Jaén hace unos momentos ha sido una de ellas. En lo extradeportivo y en lo deportivo, porque hubo de los dos y en ninguno de los aspectos el club jiennense estuvo a la altura de lo exigido.
No fue la mejor forma de desembarcar la que tuvo el Real Jaén en Torre del Mar. Nada más bajarse del autobús se dieron cuenta de que se habían olvidado las equipaciones en Jaén. El hermano de Javi Moyano puso pies en polvorosa hacia la capital del Santo Reino y mientras el equipo jiennense sufría el segundo revés sin haber saltado al césped.
El colegiado, Fernando Narváez de Vera, de ingrato recuerdo para el Real Jaén por su famosa actuación en Pozoblanco, llamó tres veces a la puerta del vestuario visitante y, al no salir el equipo, tomó la decisión de expulsar a Chumilla, que no pudo dirigir a su equipo desde el césped del Juan Manuel Azuaga.
Todas estas circunstancias extradeportivas provocaron que el cuadro blanco entrase al encuentro en el minuto 20 y, para entonces, ya perdía por uno a cero por el gol de Javi Fernández. Este tanto fue como un calambrazo en las filas lagartas que desde ese momento se hicieron con las riendas del mismo y embotellaron a una UD Torre del Mar a la que se le iba a hacer largo el encuentro.
El asedio fue total sobre la portería local pero los malagueños consiguieron hacerse fuertes y lograron llegar al descanso con una mínima ventaja en el marcador. Tan mínima como fue la superioridad de aficionados locales en las gradas, pues fueron muchos los jiennenses que se desplazaron hasta una localidad en la que cientos de jaeneros tienen su segunda residencia.
Ya sin el desasosiego inicial y con la propia indumentaria, llegada en el receso ecuatorial, el Real Jaén salió al segundo tiempo dispuesto a poner las cosas en su lugar. Urko Arroyo fue de nuevo de los mejores de su equipo y de una jugada suya, que acabó en penalti, surgió el empate que oficializó Adri Paz. El tanto reafirmó el camino. El conjunto blanco demostró en todo momento querer los tres puntos y además hizo méritos para obtenerlos.
El segundo acto apuntaba a monólogo jiennense en lo que a control del esférico se refiere pero no fue así pues el Torre del Mar enseñó también los dientes. Con Cervera como uno de los incisivos del cuadro malagueño y Javi Fernández que disfrutó de las mejores ocasiones visitantes. De hecho un cabezazo suyo, servido desde la banda derecha, estuvo a punto de poner de nuevo por delante a la UD Torre del Mar.
Estaba cayendo poco a poco la balanza del lado malagueño y llegaron los cambios, Siles en el lado jiennense y Cala (viejo conocido lagarto) en el bando local. Agustín Rodríguez, segundo de Chumilla, se desgañitaba para que los suyos reaccionasen pero el dominio local era cada vez más evidente y nada pudo hacer para que el trencilla, con una actitud que rozó la inquina, señaló penalti en un forcejeo de Espín de los que hay decenas en cada encuentro.
No perdonó Pulga desde los once metros y pocos minutos después Zaki, que acababa de entrar como último recurso en el encuentro, recibió una merecida roja directa por una entrada desmedida. Dos minutos duró sobre el césped el atacante de los blancos.
No surtieron efecto los cambios que se realizaron para revitalizar al equipo, mucho menos cuando se lesionó Pablo Siles, que también llevaba unos pocos minutos sobre el césped. Se pidió in extremis una mano clara dentor del área del Torre del Mar que podría haber supuesto el empate pero el colegiado cordobés aún no había saciado sus ganas de protagonismo. Así, con todo el contra, el Real Jaén volvió a perder tres meses después, pues la última vez que hincó la rodilla fue el pasado 9 de octubre ante el Porcuna.