Por ello la junta directiva de Fevema considera que “estas desafortunadas afirmaciones constituyen una total falta de respeto y profesionalidad al hacerse de manera anticipada, sin intención de dialogar y sin ninguna consideración al trabajo realizado por el equipo técnico de Fevema, el cual defiende propuestas absolutamente viables”.
Desde la federación sostienen que “el documento de Aprobación Provisional II permite la regularización de Desarrollos Sin Homologación (DSH) en circunstancias más difíciles que El Barranco y Pinar de Coig, algunos situados en zonas protegidas, recogiendo incluso casos de usurpación de terreno público”.
Fevema recuerda que en el caso de El Barranco se trata de una aldea rural habitada en un principio sólo por agricultores donde las viviendas datan de al menos de 1984 (mucho antes de que se aprobara la Ley de Humedales), “hecho que se corrobora por la existencia de un centro educativo construido por la propia Junta de Andalucía”. A estos hechos hay que añadir que “la totalidad de las viviendas se encuentran fuera del perímetro de 25 metros de servidumbre que estipula la citada ley, lo que es perfectamente demostrable puesto que la zona de la laguna se encuentra vallada”. En opinión de la federación, no es entendible por qué se quiere mantener a toda costa la ficción de recuperar unos terrenos parcelados desde hace muchos años, absolutamente consolidados, con las calles claramente delimitadas y cuyos habitantes reciben algunos servicios municipales.
En el caso de Pinar de Coig, los representantes vecinales argumentan que “hace ya más de 25 años que se produjo la primera parcelación de los terrenos, un espacio de tiempo muy superior al de muchos de los DSH de nuestro término municipal”. Finalmente, añaden que “la reserva natural a la que a menudo se alude para justificar su exclusión del planeamiento ni siquiera existe como tal”.
Por todos estos motivos, Fevema ha llegado a la conclusión de que “la concejal de Urbanismo está empeñada en marginar a El Barranco y a Pinar de Coig, a los que ha convertido en chivos expiatorios de un nada justo y ecuánime proceso de regularización”, pagando las consecuencias los vecinos.