El precio medio de la vivienda nueva y usada aumentó un 0,3% en enero respecto al mes anterior y moderó su crecimiento interanual hasta el 6,9%, su menor tasa desde marzo de 2022, según el índice IMIE de Tinsa.
"Los últimos datos de inflación y PIB han mejorado las perspectivas macroeconómicas y hacen esperar una moderación de las subidas de tipos de interés por parte del Banco Central Europeo a medida que avance el año. Aun así, se anticipa que el coste de las hipotecas continuará incrementándose en 2023", señala Cristina Arias, directora del Servicio de Estudios de Tinsa.
En consecuencia, Arias ha subrayado que se mantienen las perspectivas de una demanda residencial "que se reduce sin desplomarse y una tendencia a la estabilización de los precios".
Todas las zonas analizadas en el informe de Tinsa presentaron subidas de precios interanuales en el arranque de 2023. El mayor repunte se lo anotaron las áreas metropolitanas, cuyas viviendas se han encarecido un 8,2% respecto a enero de 2022.
Les siguen las capitales y grandes ciudades, con un alza de precios del 7,3% interanual; las localidades de interior y costa atlántica que forman el grupo de 'resto de municipios' (+7,1%); la costa mediterránea (+5,1%), y las islas (+2,1%).
En términos mensuales (enero de 2023 sobre diciembre de 2022), el precio de la vivienda subió un 0,3%. Sólo las islas recortaron el precio respecto a diciembre (-1%), mientras que las capitales y grandes ciudades no experimentaron variación.
El resto de zonas analizadas elevaron precios respecto a diciembre de 2022, especialmente las áreas metropolitanas (+0,9%), seguido de la costa mediterránea (+0,3%) y el grupo de resto de municipios (+0,2%).
Según las tasaciones realizadas por Tinsa, el valor medio de la vivienda nueva y usada alcanzó su máximo en diciembre de 2007, en pleno 'boom' inmobiliario. Desde entonces, el precio de ha reducido un 20,9%.
En las capitales y grandes ciudades el descenso de precios desde finales de 2007 es del 16,5%, mientras que en los territorios insulares, que alcanzaron su máximo en febrero de 2008, la caída acumulada desde entonces alcanza el 11,1%.
En el otro extremo, la costa mediterránea, que sufrió un profundo ajuste durante la crisis, mantiene sus precios un 30,8% por debajo de los máximos que marcó en febrero de 2008. Las localidades más pequeñas de interior y costa atlántica, que iniciaron su recuperación más tarde, han rebajado sus precios un 28,8% desde su máximo valor.