La Copa de España sonríe porque el Jaén Paraíso Interior FS, y con él la Marea Amarilla, volverán a estar este sábado en Granada para disputar la semifinal ante ElPozo Murcia. Lo harán después de un partido que tuvo más de emoción que de juego y en el que acabó decidiendo la tanda de penaltis.
La primera fue la parte de la impotencia amarilla. Porque fue Jaén el que puso la mesa, el que cocinó durante horas y Palma el que se sentó a comer a placer. Barrón fue el encargado de que su equipo no se marchase del partido en un primero tiempo del que fue dueño y señor el equipo amarillo. La propuesta de juego y las ocasiones fueron para los de Dani Rodríguez y aún así tuvieron que ver cómo Mancuso, en el único fallo de los primeros 20 minutos, adelantaba a los suyos.
No es un conjunto acostumbrado a rendirse el jiennense e insistió con ahínco hasta que encontró la fisura en las filas baleares. Concretamente en las faltas que fueron cometiendo hasta aquel Tayebi sacó el brazo a relucir en un forcejeo y vio la segunda amarilla. Defendió bien Palma la inferioridad pero fueron los jaeneros un martillo incesante que percutió una y otra vez la portería enemiga hasta que, a falta de tres para el descanso, llegó el tanto del empate celebrado por más de 4.000 gargantas que animaron sin cesar a los amarillos. Se marchó el encuentro con empate en el marcado y una victoria moral de los amarillos si atendemos a las sensaciones.
La segunda mitad fuera harina de otro costal. Pesó demasiado el miedo a fallar en las piernas de los futbolistas más atrevidos. Se estancó el juego que, en elaboración, seguía favoreciendo a los jiennenses y, consciente de ello, Vadillo puso en portería Luan Muller para hacer un tímido juego de cinco. El mismo que el técnico de los baleares ha usado en más de una ocasión en Jaén para perder tiempo, pero esta vez con algo más de peligro.
Sostuvo Espíndola a los suyos y Chino estrelló dos balones en la madera. Acciones aisladas como sombras en un desierto de conducciones, pases de seguridad y fintas sin premio. Se tantearon un poco más los equipos en los últimos minutos de encuentro pero incluso en la última jugada, dos segundos favorables a Palma con saque de puerta, en vez de intentarlo dejaron el balón en el suelo mandando el partido a penalti. A la misma situación en la que se vio Jaén el pasado curso ante Valdepeñas.
Pero esta vez la historia fue otra. En la tanda de penaltis, comenzó lanzando Palma haciendo una gran parada Carlos Espindola ante Mancuso. Chino, Michel y Menzeguez hicieron gol y Cleber y Marlon también cumplieron su objetivo. Álex González relevó a Espindola en la portería y no lo pudo hacer de mejor forma, porque paró el lanzamiento de Fabinho, dejando todo a merced de un disparo más. Celebración ya por toda la grada y algo de confusión. Jaén tenía que hacer otro lanzamiento, aunque la mayoría de los amarillos ya celebraban un pase que todavía no se había dando, y fue César Velasco el que lanzó último lugar, como si la presión fuesen los Reyes Magos, para permitir a Jaén seguir soñando.