Las agresiones a médicos y profesionales de la Atención Primaria están volviendo a tener protagonismo en los últimos días. Solo en Jerez se han contabilizado hasta tres en dos centros de salud la semana pasada, algo que ha encendido todas las alarmas. Los sindicatos denuncian que desde el pasado 1 de enero ya no hay vigilantes de seguridad en todos los centros de salud y eso, unido a la crispación existente por las esperas para poder tener una cita con un médico, está provocando una escalada de este tipo de episodios.
Sin ir más lejos, esta semana , Germán Girela, presidente de CSIF Andalucía, denunciaba que el recorte de los vigilantesde seguridad es “inaceptable”. En la provincia de Cádiz se registraron en el último año 259 agresiones y “creemos que la administración tiene que reforzar la seguridad en los centros de salud que por unos motivos u otros hace que la ciudadanía tengan mayores tensiones y se produzcan estas agresiones que son intolerables. Y la administración, en lugar de reforzar la seguridad, que es su obligación para proteger a los trabajadores, sale con un pliego de condiciones que hace todo lo contrario, recortar en seguridad. Algo inaceptable”.
Desde la Asociación Nacional de Vigilantes de Seguridad Privada (Anvisepri) ponen el grito en el cielo con este escenario. Su presidente, Juan Gómez, aboga por “dar visibilidad” a este problema ya que “las agresiones no cesan”. Saben que “han reducido la plantilla en los hospitales y centros de salud. Esto es algo que no se puede permitir porque las agresiones continúan. Pero no solo al personal sanitario, sino a los vigilantes también. Se tendrá que poner pie en pared y que se minimicen. El 100% de seguridad no existe, pero hay que minimizar todo lo que se pueda”. Una de las soluciones pasa por “dotar de más personal a estos centros y tener otras medidas de seguridad, porque por lo que se ve no son suficientes”.
Gómez asegura haber llevado el problemana la Consejería de Salud y al Congreso de los Diputados porque “no entienden” este recorte de personal. De hecho, en los propios centros de salud destacan que se produjo “sin previo aviso”. Los vigilantes se contrataron para reforzar la seguridad con la llegada del Covid. Y ahora, “el Covid se ha ido, pero las agresiones, no”, dice el presidente de Anvisepri. “Sabíamos que en diciembre se iban a reducir porque la administración andaluza se lo comunica a la empresa que tiene contratada que es Clece. A 1 de enero había que reducir para no pagar más. El tema del Convid ha finalizado y no querían pagar ese refuerzo que se hizo”.
Eso sí, reconoce que “no sabíamos que iban a ser tantos compañeros los que iban a perder su empleo”. Igualmente, agradece que los sindicatos “hayan hecho su trabajo y que hayan impedido que algunos se vayan a la calle”. En el caso de Jerez, solo los centros de salud Jerez Sur y la Serrana mantienen esos vigilantes en horario de apertura. Otros, como Jerez Centro, en donde se produjeron dos de las tres agresiones de la pasada semana, lo tienen solo en horario nocturno de urgencias.
Igualmente, Juan Gómez entiende que los vigilantes son “necesarios” porque “implantamos seguridad en todos los centros. El propio usuario se siente más respaldado sabuendo que hay alguien que le va a indicar a dónde tiene que ir y por dónde coger”. Del mismo modo pone el ejemplo de “un caso de incendio. Nosotros determinamos el primer protocolo que se establece. Somos los que sabemos por dónde tienen que tansitar las personas. Luego llega la policía y los bomberos, pero los primeros son los vigilantes. Somos personal indispensable. No se puede jugar con esto”.
La causa de la mayoría de agresiones está en que “la gente está muy crispada y va con la escopeta cargada y a la mínima que el médico no les diga lo que quieren escuchar o no les recete lo que quieren, se lía”. En este sentido, coincide con Alberto Puyana, de CSIF Cádiz, que comentaba esta semana que “hay unas listas de espera inasumibles y la crispación en la población está aumentando considerablemente. Una de las maneras que tenemos de poder abordar este problema es dotar de personal a los centros sanitarios y reducir las listas de espera.
Por último, Gómez puntuañiza que en caso de agresiones la Junta “redirige al BOJA y a su protocolo de seguridad para profesionales de la sanidad. Asesoran en materia jurídica, psicológica y acompañamiento a donde haga falta, incluso interponer una denuncia, pero eso es para cuando ya te han agredido. Hace falta un protocolo preventivo”.
Falta de recursos materiales
El presidente de la Asociación Nacional de Vigilantes de Seguridad Privada pone uno de los focos en la falta de medios. Los vigilantes “carecen de medios para repeler agresiones. Los tenían en algunos sitios y los quitaron por orden de la Junta. Antes había cascos y escudos para poder reducir o arrinconar a pacientes problemáticos, sobre todo en centros con planta de psiquiatría. Solo se dispone de la defensa (porra) y los grilletes para reducir a alguien. Además no se dispone ya ni de chalecos antipunzones. Hay que ir a pecho descubierto. Incluso los geles unidireccionales, tampoco están disponibles ya”.