En la actualidad, Nico reside en una casa prestada por una prima de su esposa, que se encuentra situada en el número 42 de la barriada del Padre Flores. “Tiene un pequeño salón, dos dormitorios, una cocina y un baño. En ella vivimos mis tres hijos, mi mujer y yo, pero las habitaciones son muy pequeñas y tengo dificultades para poder moverme”, aseguró.
Ante su problemática, manifestó haber realizado gestiones en la Delegación Municipal de Vivienda, para poder acceder a una casa que esté adaptada a sus necesidades, “como alguna que hay en El Saladillo, para minusválidos, que están ocupadas por personas que no tienen ningún tipo de discapacidad”. En cualquier caso,
Nicolás Pelayo reconoce que ha solicitado la posibilidad de acceder a una vivienda protegida y, de hecho, reconoce que entrará en el próximo sorteo que se celebre”. Sin embargo, “esto no me da seguridad ninguna, porque también podría quedarme fuera sin conseguirlo y verme de nuevo obligado a permanecer donde vivo, teniendo de hacer frente a las dificultades”.