Al menos 6.000 niños han sido trasladados por parte de las tropas rusas a áreas bajo control del Gobierno de Rusia desde el inicio de la guerra, evidenciando crímenes de guerra por parte de Moscú, según un informe.
La investigación, realizada por el Observatorio de Conflictos, programa respaldado por el Departamento de Estado estadounidense, ha identificado varias decenas de instalaciones en las que se habrían reubicado a niños procedentes de Ucrania, proporcionando evidencia de los esfuerzos sistemáticos para cortar la comunicación entre niños y familiares.
El objetivo de esta falta de contacto con las familias sería evitar el regreso de los menores y "reeducarlos" en la cultura rusa con el objetivo de darlos en adopción a familias de Rusia, según un comunicado del Departamento de Estado.
La oficina liderada por Antony Blinken ha indicado que los resultados de este informe "refuerzan la determinación internacional y de EEUU de buscar la rendición de cuentas de todas las personas involucradas en crímenes de guerra y otras atrocidades cometidas en Ucrania".
Así, la documentación ha identificado a varias docenas de funcionarios rusos, así como otras personas, implicados todos ellos en la deportación de niños de Ucrania, dejando "en claro que los esfuerzos sistemáticos de Rusia reflejan decisiones y acciones tomadas en todos los niveles del Gobierno ruso".
"La creciente evidencia de las acciones de Rusia deja al descubierto los objetivos del Kremlin de negar y suprimir la identidad, la historia y la cultura de Ucrania. Los efectos devastadores de la guerra de Putin en los niños de Ucrania se sentirán durante generaciones", reza la misiva en la que Washington ha reiterado de nuevo su apoyo a Ucrania.