A ocho puntos de la permanencia cuando restan 21 por disputarse. Siete partidos tiene por delante el Málaga CF para lograr lo que casi nadie se ha atrevido a hacer a lo largo de la historia. Una remontada al nivel de la cualquier alopécico que visite Turquía. Ahí es nada.
La victoria frente al Villarreal B el pasado viernes terminó cayendo en saco roto tras no pinchar ninguno de los rivales directos que se encuentran fuera de los puestos de descenso. Pero no todo es drama. El equipo ha mejorado notablemente sus prestaciones y hay otros, como el Mirandés, que han empezado a meterse en el 'marrón'.
Kike Pérez fue claro este miércoles. "Me salen las cuentas", declaró a los medios durante la campaña de donación de sangre y médula que tanto éxito ha tenido. Obviamente, como matizó posteriormente, estas cuentas pasan por "ganar el domingo".
Pero la empresa no resultará nada sencilla. Enfrente, se encontrará un FC Cartagena que llega enrachado tras acumular tres victorias consecutivas, lo que le ha permitido desbancar al Albacete de la sexta posición y colocarse así en puesto de 'play off'. 20 puntos nada más y nada menos separan al cuadro costasoleño del 'Efesé'.
Para este partido, Sergio Pellicer contará con la baja confirmada de Lago Junior. El costamarfileño cayó lesionado a los cinco minutos de saltar al terreno de juego en la victoria en tierras castellonenses y estará, como mínimo, entre dos y tres semanas de baja. Salvo sorpresa de última hora, el resto de futbolistas estarán en disposición de tener minutos.
En la primera vuelta se perdió en el Cartagonova por 2-1, un duelo en el que el mal endémico que lleva asolando a este equipo todo el año volvió a aparecer, con la expulsión de Esteban Burgos a los 20 minutos. El equipo resistió y estuvo cerca de llevarse premio, pero ni siquiera el gol de Cristian sirvió para rascar algún punto.
Sea como fuera, la situación es bien diferente a día de hoy y el Málaga es un equipo fresco, que sabe a lo que juega y cuya realidad puramente futbolística no está en consonancia con lo que dice la clasificación. Una nueva bala que, a riesgo de sonar reiterativo, es la última. No es que la recámara esté vacía, es que directamente ya no existe.