En una conversación mantenida ayer por teléfono entre el líder tory, que regresa de un viaje de Afganistán, y el máximo responsable de la compañía, Cameron expresó también su “frustración” y “preocupación” por los daños medioambientales ocasionados por el vertido de crudo en el golfo de México.
El intercambio de impresiones entre el Premier y Svanberg se produce antes de la conversación pendiente que mantendrá hoy sábado, el primer ministro británico con el presidente de Estados Unidos, Barack Obama.
Los recientes ataques verbales efectuados por Obama a la gestión de la petrolera británica, responsable del derrame de petróleo producido en el golfo de México tras la explosión y hundimiento de la plataforma Deepwater Horizon el 20 de abril, han aumentado la presión sobre Cameron para que defienda la gestión británica ante el accidente.
El presidente de la petrolera visitó ayer Downing Street, residencia y despacho oficial del primer ministro, donde se reunió con el titular de Economía, el conservador George Osborne, y donde mantuvo la citada conversación telefónica con Cameron.
Un portavoz oficial del jefe del Gobierno tildó de “constructiva” la charla mantenida entre ambos ayer.
En la conversación, Cameron “explicó que se sentía frustrado y preocupado por el daño medioambiental ocasionado por el vertido pero dejó claro que BP es una empresa económicamente importante en el Reino Unido, en EEUU y en otros países”.