La moda siempre ha estado presente en la vida de Raúl Aragón, ya desde pequeño “me gustaba expresarme de forma creativa, dibujando, haciendo teatro, pero, al final, la moda siempre superaba todo lo anterior y tenía claro que era a lo que quería dedicarme. Después de terminar bachillerato artístico me matriculé en mi carrera de diseño y cada día tengo más claro que escogí el camino correcto”, asegura este diseñador chiclanero, de quien estos días veremos muchos diseños suyos por el recinto de la Feria de San Antonio.
De hecho, sus primeros diseños, “seguramente fueron realizados en algún folio cuando era niño. Recuerdo los primeros vestidos de flamenca que le hacía a mi pareja, ella era mi modelo y se dejaba llevar por mis locuras creativas”.
Como referentes, Raúl, se decanta por la década de los 90, las pasarelas de John galliano, Alexander McQueen, mugler, Gianni Versace, o modelos como Naomi Campbell o Nieves Álvarez, “mujeres empoderadas que pisan con fuerza”.
En la moda flamenca, bebe de Andrew pocrid o Juana Martín, “me gusta lo que hacen”, aunque sus diseños son totalmente diferentes. La esencia de los trajes de Raúl fluye entre lo elegante y lo atrevido, en perfecta armonía y a partes iguales. “Me gusta experimentar, cada vestido lo trabajo de manera exclusiva para cada una y está pensado solo para ella. No me cierro a nada en concreto, aunque tenga preferencias por algo o me identifique más con un tipo de diseño siempre tengo la mente abierta. Lo que sí tengo claro que nunca dejaría que una clienta mía llevase un diseño con el que no sonría al mirarse al espejo o no se sienta ella misma cuando lo lleva puesto”.
De la moda flamenca, a este chiclanero lo que más le gusta es “Lo que más me gusta es lo que favorece y lo elegante que se ve una mujer vestida de flamenca, y sobre todo, que es un traje regional que va de la mano de las tendencias actuales y que podemos ver en otro tipo de diseños. Llevarlo a la flamenca es algo que me apasiona”, sin embargo, Raúl también hace hincapié que es un sector que tendría que ponerse más en valor. “No me gusta que no se valore el trabajo artesanal que hay detrás de cada vestido, hablo de horas y horas de confección totalmente manual, tejidos de primera calidad, flecos cosidos a mano uno a uno...”, una artesanía en la que detrás se encuentran un buen número de puestos de trabajo, porque “un vestido de flamenca es una inversión por todo lo que conlleva, si no entendemos eso y priorizamos la confección en serie, se perderían muchos puestos de trabajos y oficios que viven por y para la flamenca”.
Este año, en las pasarelas, se ha visto más color que nunca, y Raúl adelanta que en Chiclana, se verá “mucho color en comparación con otros años, colores fuera de los clásicos, negro blanco y rojo pero serán sustituidos por naranjas y morados. A mis flamencas les gusta verse con diseños diferentes, poco comunes en la feria, mezclando tendencias y sofisticación, una flamenca moderna que lo mismo baila una sevillana que se va con su vestido a un concierto de Beyoncé”. Pero para Raúl Aragón, lo importante es “vestirse de flamenca, plantarse su flor y disfrutar todo el día del Real”.
