El diagnóstico in vitro consiste en la aplicación de técnicas a partir de muestras biológicas para diagnosticar patologías y, según los expertos reunidos en la conferencia Innovación en diagnóstico ‘in vitro’ en Madrid, se estima que suponen un 2% del total del coste sanitario.
Estas técnicas, cada vez más “rápidas, sensibles y específicas”, se dirigen tanto a la mejora en el diagnóstico, el tratamiento y los estudios epidemiológicos, como a la prevención de enfermedades.
Carmen Maroto Vela, catedrática de Microbiología y Parasitología de la Universidad de Granada, señaló que reducir el tiempo en el que se obtienen los resultados de las pruebas biológicas “ha sido uno de los grandes logros en el ámbito del diagnóstico in vitro”.
En este sentido, ha detallado que “antes, para diagnosticar una simple bacteria podíamos tardar hasta 72 horas”; sin embargo, hoy con las técnicas modernas se puede hacer en seis horas.
“Todo ello supone que el inicio del tratamiento se hace mucho antes, con más y mejores datos y, por tanto, con un pronóstico mejor”, remachó esta profesora.
Por su parte, Ginés Escolar, jefe del servicio Hemoterapia y hemostasia del Hospital Clinic de Barcelona, señaló como ejemplo de detección precoz el programa frente al cáncer de colon puesto en marcha por algunas autonomías: “a través de una muestra biológica de heces se puede comprobar si hay sangrado oculto”, y decidir así una colonoscopia posterior para su diagnóstico o no.
Los expertos creen que estas técnicas han mejorado en los últimos 20 años, si bien aún queda camino por andar.
Su futuro pasa, en un “escenario ideal”, por determinar biomarcadores de enfermedades y trasladarlo a reactivos sencillos que permitan confirmar o descartar patologías en las consultas de atención primaria o en planta, sin tener que pasar por el laboratorio.