La intervención de Rajoy en Sitges, sede este año de la Escuela de Verano de los populares, ha supuesto el primer viaje del líder del PP a Cataluña desde que se diera a conocer la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut.
Sin embargo, su discurso de clausura se ha centrado casi al completo en la economía española y en el diagnóstico que él hace de la misma. Sólo en el tramo final ha hablado de la decisión del alto tribunal y de las repercusiones que ésta ha generado en el panorama político catalán.
Tras la intervención de la presidenta del PP de Cataluña, Alicia Sánchez-Camacho, muy crítica con el Govern tripartito y con CiU, Rajoy ha acusado a Zapatero de “jugar con el Estado como si fuera un mecano”.
Ha dicho de él que se ha dedicado a engañar a todos durante el proceso de negociación del texto estatutario y que ahora, cuando después de cuatro años de deliberaciones ha habido sentencia, se dispone a pergeñar un “engaño más” en la interpretación que haga de la resolución del Constitucional.
Fuera del marco del Estatut, un debate que para el PP no forma parte de las “preocupaciones de la gente”, Rajoy ha reiterado que el “gran objetivo nacional”, al menos para su partido, debe ser la creación de puestos de trabajo, y “todo lo demás palidece ante esta realidad”.
Sin citar expresamente la exigencia para un adelanto electoral, como hizo hace cinco días en el Debate sobre el Estado de la Nación, Rajoy ha reiterado la necesidad de que se consuma un cambio en el poder si lo que se quiere es recuperar a la economía.
El otro gran objetivo que el líder del PP se marcó ayer consiste en evitar que “Zapatero haga más daño a la gente mientras esté” al frente del Gobierno.