El Papa Francisco partirá este jueves 31 de agosto hacia Mongolia para realizar el que será su 43 viaje apostólico internacional como Pontífice, y que se prolongará hasta el 4 de septiembre. Será la primera visita de un Pontífice a este país con una ubicación simbólica geopolíticamente, ya que se encuentra entre Rusia y China.
"Mañana por la tarde partiré hacia el continente asiático, para visitar a los hermanos y hermanas de Mongolia. Les pido que me acompañen en este viaje con su oración", ha pedido Francisco, este miércoles, en sus saludos a los fieles y peregrinos congregados en el Aula Pablo VI para escuchar la catequesis del Papa.
El Pontífice despegará este jueves desde el Aeropuerto Internacional de Roma-Fiumicino a las 18:30 horas y está previsto que aterrice en la capital, Ulán Bator, a las 10:00 horas (hora local).
Durante su visita, Bergoglio pronunciará cinco discursos, todos ellos en italiano, y se encontrará con las autoridades, la sociedad civil, el cuerpo diplomático, líderes de otras religiones y agentes caritativos. Asimismo, inaugurará la Casa de la Misericordia, un complejo escolar en desuso que pertenecía a las monjas y que ahora se ha habilitado para acoger a personas en situación de pobreza, personas sin hogar, migrantes y víctimas de la violencia doméstica.
Uno de los actos centrales será la misa que el Papa celebrará el 3 de septiembre por la tarde en el Steppe Arena, a la que se prevé la asistencia de los 1.500 fieles residentes en Mongolia, el 90% en la capital, y a los que se unirán otros mil fieles procedentes de diversos países vecinos, entre ellos: Rusia, China, Tailandia, Kazajstán, Kirguizistán, Azerbaiyán y Vietnam.
Ese mismo día, el Papa presidirá un acto ecuménico e interreligioso en el Hun Theatre, en el que participarán representantes del chamanismo, el sintoísmo, el budismo, el islam, el judaísmo, el hinduismo y otras confesiones.
Con este viaje, confirmado el pasado 3 de junio, el Pontífice responde a la invitación del presidente de Mongolia y de las autoridades eclesiásticas del país.
Según informa el portal del Vaticano 'Vatican News', la ubicación de Mongolia es geopolíticamente simbólica en un momento histórico marcado por la guerra en Ucrania, que probablemente también tendrá repercusiones en el discurso del Papa a las autoridades civiles.
Aunque los contactos con el mundo latino se registran ya en el 1.200 e incluso hubo un intercambio epistolar entre el hijo de Gengis Khan y el Papa Inocencio IV, las raíces de la Iglesia de Mongolia se remontan a principios del siglo XIV, cuando se nombró al primer obispo, época en la que el imperio mongol incluía parte de China; después, con el paso de los siglos, la presencia de cristianos en la zona casi se diluyó, hasta desaparecer por completo durante los años de la dictadura comunista.
Desde 1992 la Iglesia ha sido "readmitida" e "invitada a una presencia" revigorizada en los últimos treinta años por la gran labor de los misioneros, en primer lugar los Misioneros de la Consolata, congregación a la que pertenece el primer y único cardenal de Mongolia, Giorgio Marengo, Prefecto Apostólico de Ulán Bator, que recibió la púrpura en el Consistorio del año pasado.