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Escrito en el metro

Las margaritas del futuro

El mundo de las margaritas era tan codiciado que muchas otras especies quisieron asentarse en él, migrando desde otros soles y otras constelaciones

Publicado: 07/09/2023 ·
11:12
· Actualizado: 07/09/2023 · 11:21
  • Maragaritas. -
Autor

Salvo Tierra

Salvo Tierra es profesor de la UMA donde imparte materias referidas al Medio Ambiente y la Ordenación Territorial

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Observaciones de la vida cotidiana en el metro, con la Naturaleza como referencia y su traslación a política, sociedad y economía

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El gran James Lovelock, pensador que elaboró la hipótesis de que nuestro planeta se comporta como una criatura viva a la que bautizó con el nombre de la titán mitológica que engendró La Tierra, Gaia. En su obra desarrolla una curiosa parábola que llamó Daisy World, el Mundo de las Margaritas. En ese imaginario mundo sólo germinarían dos especies de margaritas, unas blanca y las otra negras. Al principio, como el clima era muy frío, las más oscuras, parecidas a las dalias negras, brotaron con más fuerza y en mayor número, ya que por su color absorbían más radiaciones que las álbidas asteráceas, parecidas a nuestra manzanilla. El planeta de las margaritas giraba alrededor de un sol que iba progresivamente calentándose, una fiebre en aumento como la que actualmente padece nuestra Gaia. En consecuencia, el calentamiento del mundo de las margaritas favoreció que prosperasen las blancas, ya que eran más eficientes al repeler la luz y soportaban mejor el calor. Y así ambas especies encontraron un punto de equilibrio, un pacto para sobrevivir ambas, difícil de alcanzar por su inestabilidad, más aun cuando se dependía de un sol cada vez más radiante. El mundo de las margaritas era tan codiciado que muchas otras especies quisieron asentarse en él, migrando desde otros soles y otras constelaciones. Al principio las dos antagónicas especies decidieron que era mejor que allí solo crecieran ellas, pero luego ante el abatimiento para mantener el equilibrio decidieron abrir las puertas a otras especies, comprobando que cuantas más especies se incorporaban era más fácil mantener un clima estable en el planeta. La moraleja de la parábola de Lovelock es que cuanta más biodiversidad, cuanta más variedad de organismos vivos tenga nuestro planeta mayor será la tendencia a resistir cambios con el fin de mantener un ambiente interno estable y relativamente constante. La biodiversidad es algo así como la pértiga de un funambulista, sin la cual no podría encontrar el delicado punto de equilibrio sobre la cuerda floja. Sin embargo, hemos decidido tirar la pértiga y con ello perdemos biodiversidad a diario, enfrentándonos a una gran extinción masiva y a sus desequilibrantes consecuencias.

La biodiversidad es algo así como la pértiga de un funambulista, sin la cual no podría encontrar el delicado punto de equilibrio sobre la cuerda floja

Hace medio siglo, gracias al grupo musical Aguaviva descubrimos a través de su LP ‘Poetas andaluces’ a una generación de grandes escritores de nuestra tierra. Entre otros temas versionaron un corto poema, casi un haiku nipón, del malagueño Fernando Merlo: Dos cuchillos en mi pecho, uno blanco y otro negro. Ayúdame, que el blanco se está muriendo. Estos versos de Merlo bien podrían ser los que la biodiversidad nos está gritando.

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