La obra arranca en el momento en que Picasso llega a Barcelona en 1895 y se extiende hasta la actualidad con más de 350 entradas, ha explicado a Efe Inglada, que ha añadido que las referencias revelan la estrecha relación con Cataluña del artista, quien respondía categóricamente cuando se le preguntaba si hablaba catalán.
“Yo hablo el catalán como si fuera un (policía) municipal que ha vivido muchos años fuera de Cataluña”, decía en catalán Picasso (1881-1973), que en su residencia de Mougins (Francia) tenía como cabecero de la cama una señera catalana, apuntó Inglada.
En estas referencias se incluyen las obras del malagueño con temática catalana, periódicos, revistas y críticos de la época, galerías, artistas, calles y restaurantes, y pueden interesar fundamentalmente, según su autor, “al público al que le gusta Picasso y, sobre todo, a los catalanes”.
Como adenda se incluye una amplia selección de exposiciones, tanto individuales como colectivas, en las que participó Picasso, desde la primera de 1896 en Barcelona hasta nuestros días.
Las fuentes de esta investigación han estado en las hemerotecas, los archivos particulares y los herederos de amigos de Picasso en su juventud, aunque también en los registros civiles, porque Inglada ha querido ahondar en la vida de los personajes a los que el artista retrató, cuándo nacieron y murieron y que relación tuvieron con él,
ha investigado también qué fue de los compañeros de Picasso.