El debate de la práctica totalidad de los asuntos que se abordaron en el Pleno ordinario de este jueves estaba agotado de antemano. El equipo de Gobierno ha mostrado rapidez de reflejos, desactivando algunas de las iniciativas presentadas por los grupos de la oposición, como propuesta de Adelante Izquierda Gaditana relativa a la reducción de los precios de los servicios escolares en Andalucía y al aumento de la calidad en ellos, y la del PSOE, en la misma línea. Lo ha hecho, igualmente, con la petición de la coalición de izquierdas para que el Ayuntamiento impulse las actuaciones precisas para que comiencen las obras de rehabilitación y adaptación del Centro de Asuntos Sociales Eduardo Benot, porque el alcalde anunció la licitación de las obras en la tarde anterior a que se celebrara la sesión plenaria. Las modificaciones de las ordenanzas, con las familias numerosas como beneficiarias, tampoco dio pie al debate. Y otras cuestiones, como la defensa de la pasarela ciclopeatonal por el Puente Carranza, sin descartar la posibilidad de que se sea realidad igualmente en el segundo puente salieron adelante por unanimidad. Como el texto definitivo Acuerdo Regulador del personal funcionario, donde Carlos Paradas quiso reivindicar la autoría porque, pese al requerimiento de la Junta de Andacía, no sufre modificaciones sustanciales.
En la semana en la que se cuestionaba la falta de brío de Bruno García por parte de PSOE y Adelante Izquierda Gaditana, el hastío fue la nota preodimnante a un lado y otro del salón de plenos. Pero hubo momento de cierta animación. El primero de ellos, cuando el PP reclamó el respaldo de la Corporación a la amnistía. Los argumentos de unos y otros no fueron originales, pero hubo ocurrencias como la de José Ramón Ortega, que bromeó asegurando que a los populares solo les falta asaltar el Congreso, como los partidarios de Trump, o declaraciones de David de la Cruz, marcando distancias con el PSOE: “La amnistía no es de izquierdas”, remarcó, reivindicando un Gobierno progresista que se hiciera cargo de las necesidades de la clase obrera. Juancho Ortiz estuvo correcto, siguiendo a pies juntillas el argumentario del PP, pero evitó alargar el debate.
El otro punto que elevó los decibelios (junto a la vivienda) fue el relativo a la puesta en marcha de la Casa del Carnaval de Cádiz. Lola Cazalilla defendió de forma vehemente la gestión del anterior equipo de Gobierno, remarcando de manera insistente en que una inversión de ese calado necesitaba de mantenimiento. Beatriz Gandullo dijo más con las caras que ponía mientras la escuchaba que en su intervención, insistiendo en que había faltado previsión por parte de Kichi en personal y presupuesto. El alcalde, que resoplaba cuando escuchaba hablar de la amnistía, asistió a este de declaraciones con una media sonrisa.
