La idea de utilizar a Martí -conocida por el gran público por sus apariciones televisivas- como personaje de cómic partió del escritor Hernán Migoya (Ponferrada, 1971), que ya había hecho un libro sobre la estríper ("Chiqui Martí: Piel de ángel").
"Hernán nos propuso hacer no una adaptación de su vida, sino darle la vuelta y convertirla en una heroína de acción, totalmente ficticia, aunque con algunos datos biográficos de su vida", explica a Efe Félix Sabater, editor de Glenat.
Así, el argumento de esta descabellada historia mezcla algunos elementos reales de la vida de Martí, en concreto cómo se introdujo en el mundo del 'strep art', "para a partir de ahí construir una historia casi a lo 'James Bond', con mucho humor y algunos momentos sexis; pero aunque es un tebeo para adultos, su contenido no es hardcore, ni fuerte", recalca Sabater.
El cómic comienza mostrando a una Chiqui niña, "un poco feucha y marimacho", que se promete a sí misma que cuando sea mayor todo el mundo se fijará en ella.
A partir de ahí, la historia da un salto adelante y la muestra en sus comienzos de estríper en algunos locales pequeños y cuando se decide a viajar hasta Finlandia, país en el que vivió realmente, y donde conoció profesionalmente el mundo del 'strep art', antes de volver a España a trabajar.
Es en este punto cuando el argumento huye de lo real para convertirse directamente en un cómic para adultos, con mucha acción y aventura, donde la "superheroína" es casi capaz de paralizar con su cuerpo la voluntad de todo aquel que la contempla.
"Pero también hay mucha ironía, porque el enemigo, la némesis de Chiqui, es nada menos que el hijo de un presidente español que se parece mucho al actual, y que acaba persiguiéndola por todo el mundo en una sucesión de actuaciones de ella combinadas con escenas de acción que podría haber filmado el mismo Tarantino", señala Sabater.
El trabajo del tándem Migoya-Carpio bebe un poco del tebeo americano clásico, pero también del más moderno, con muchas referencias cinematográficas. "Es casi una película de acción, algo que lo convierte en un cómic muy fácil de leer y disfrutar, se hace muy ameno", explican desde la editorial.
De momento, "Chiqui ¡Bang! ¡Bang!" nace como una aventura cerrada, pero Glenat no descarta convertirla en un serial.
"Es una historia que acaba sin un 'continuará', pero con Chiqui hemos trabajado muy bien, ha sido muy fácil hacer este álbum con ella, y si el publico lo pide y hay un éxito mundial continuaríamos, claro...", concluye Sabater.