Durante una misa celebrada en la Basílica de San Pedro del Vaticano, el Papa clausuró con estas palabras el Sínodo para Oriente Medio, que ha congregado desde el pasado 10 de octubre en la Santa Sede a 185 obispos para abordar los principales desafíos que afrontan los cristianos en la zona.
"Desde hace demasiado tiempo en Oriente Medio perduran los conflictos, las guerras, las violencias, el terrorismo. La paz, que es regalo de Dios, es también resultado de los esfuerzos de los hombres de buena voluntad, de las instituciones nacionales e internacionales, en particular de los Estados más implicados en la búsqueda de la solución de los conflictos", dijo Benedicto XVI.
"No hay que resignarse nunca a la falta de la paz. La paz es posible. La paz es urgente. La paz es la condición indispensable para una vida digna de la persona humana y de la sociedad. La paz es también el mejor remedio para evitar la emigración de Oriente Medio", agregó.
Por ello, Benedicto XVI, en una misa retransmitida en directo por televisión, invitó a rezar por la paz en Oriente Medio, en particular en Tierra Santa, para que "tal regalo de Dios ofrecido a los hombres de buena voluntad se difunda en el mundo entero".
En su homilía, el Pontífice destacó además el papel que los cristianos de Oriente Medio pueden tener en la pacificación de la zona, para la que los obispos reunidos en el Sínodo apelaron ayer a la ONU para poner fin a la ocupación israelí de los "territorios árabes" mediante la aplicación de sus resoluciones.
"De un corazón purificado, en paz con Dios y con el prójimo, pueden nacer propósitos e iniciativas de paz a nivel local, nacional e internacional", afirmó el obispo de Roma.
"En tal obra, a cuya realización está llamada toda la comunidad internacional -prosiguió-, los cristianos, ciudadanos de pleno derecho, pueden y deben dar su contribución con el espíritu de la beatitud, convirtiéndose en constructores de paz y apóstoles de reconciliación en beneficio de toda la sociedad", agregó.
En el documento que sale de este Sínodo, en el que han participado 101 obispos de Oriente Medio, se rechaza además el recurso a la Biblia para justificar las "injusticias" en la zona y se expresa la esperanza de que la solución "dos pueblos, dos estados" para israelíes y palestinos se convierta en una realidad.
"Los ciudadanos de Oriente Medio apelan a la comunidad internacional, en particular a la ONU, para que trabaje sinceramente en una solución de paz justa y definitiva en la región y esto a través de la aplicación de las resoluciones del Consejo de Seguridad y de la adopción de medidas jurídicas necesarias para poner fin a la ocupación de los diferentes territorios árabes", reza el texto.
"El pueblo palestino podrá así tener una patria independiente y soberana y vivir allí en la dignidad y la estabilidad. El Estado de Israel podrá gozar de paz y de seguridad dentro de las fronteras internacionalmente reconocidas", añade.
El Papa anunció asimismo durante la clausura del Sínodo que ha decidido dedicar la próxima Asamblea General Ordinaria de 2012 al tema de la nueva evangelización de la fe cristiana, del que existe una "urgente necesidad" también en Oriente Medio, y apostó por la defensa de la libertad religiosa y de conciencia en esa zona.
"En numerosos países de Oriente Medio existe la libertad de culto, mientras que el espacio de libertad religiosa no pocas veces es bastante limitado. Extender este espacio de libertad se convierte en una exigencia para garantizar a todos los miembros de las distintas comunidades religiosas la verdadera libertad de vivir y profesar su propia fe", indicó Benedicto XVI.
El Pontífice afirmó que ese argumento podría convertirse en objeto de diálogo entre cristianos (apenas llegan al 2 por ciento de la población de Oriente Medio) y musulmanes.
En Oriente Medio están presentes, además de la Iglesia de rito latino, las iglesias Copta y Etíope, de tradición alejandrina; Sirio-Malankarese, Maronita y Siria, de tradición antioqueña; Armenia, de tradición armenia; Caldea y Sirio Malabarese, de tradición caldea, y la Iglesia Greco-Melquita, de tradición bizantina, todas ellas en comunión con Roma.