El ex mandatario acariciaba la idea de volver a competir por el sillón presidencial, que ocupó entre 2003 y 2007, y las encuestas arrojaban una interesante ventaja sobre sus más directos contrincantes, tanto dentro del peronismo como en la oposición.
Polémico, poco receptivo a las críticas, incapaz de delegar, Kirchner logró abrirse paso desde la lejana Patagonia y cambió su feudo político de Santa Cruz por la Presidencia de la mano de Eduardo Duhalde, a quien sucedió en 2003.