Casimiro Mantell ha sido muy generoso en el apartado de agradecimientos en su discurso de toma de posesión como rector de la Universidad de Cádiz (UCA) en el Palacio de San Telmo, en Sevilla.
Mantell ha tenido un especial reconocimiento a Francisco Piniella y su equipo, de quien toma el testigo al frente de la institución, “por el arduo trabajo realizado en estos años tan difíciles, especialmente durante una pandemia que ha representado un período único y complejo”. También ha destacado a Eduardo González Mazo, “que me brindó la oportunidad de ser vicerrector de Investigación de mi Universidad”; a Diego Sales Márquez, “que fue mi profesor durante mi etapa como estudiante”; y a Guillermo Martínez Massanet, “que también un 17 de enero de 1995 tomó posesión como rector aquí en San Telmo”.
Finalmente, expresó su confianza y cariño a los miembros de su equipo y a sus colegas de la UCA.
Pero lo que ha marcado su discurso ha sido el agradecimiento final a sus amigos, a su familia, a sus hijos y, a su esposa, a la que no ha dado de calificar como “el amor de mi vida”. “Hace más de un año compartí contigo la posibilidad de presentarme a rector, y tu respuesta y el apoyo que me trasladaste han sido fundamentales para llegar hasta aquí”, comenzó, para añadir que, si bien “el desafío que afrontaré en los próximos años puede llevarme a estar distraído y distante, nunca dudes de mi amor, de cuánto te quiero y de lo esencial que es tu apoyo y presencia constante en mi vida”.
El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, inició su intervención, tras Mantell, bromeando con estas palabras. “Espero que este vídeo no lo vea mi mujer, porque tengo un serio problema sobre como expongo mis vínculos afectivos, has dejado el listón muy alto”, ha dicho, para valorar el gesto del rector: “Si uno siente amor, lo mejor es decirlo al mundo”. Al término de su alocución, volvió a hacer referencia a ello al desear suerte al catedrático en sus nuevas responsabilidades “y una cena romántica esta noche”.
