“Yo estaría dispuesta a meditar la supresión de la hache. No creo que tengamos que preservar el lenguaje tal cual lo hemos recibido”, afirma Puértolas en una entrevista con Efe, en la que adelanta las líneas generales de su discurso de ingreso y habla de lo “atávico” que resulta la escasa presencia de mujeres en algunas instituciones.
En su casa de Pozuelo de Alarcón (Madrid), y tras dejar en el jardín a Coti y Lura, sus dos perros, para que no la interrumpan durante la conversación, Puértolas comenta que todavía no sabe bien cuál podrá ser su aportación a la Academia.
Pero supone que, a la hora de trabajar en la RAE, “no será fácil el maridaje entre escritores y lingüistas”. Unos y otros tienen una visión “radicalmente diferente” del lenguaje. “El escritor es más arriesgado, más intuitivo”, afirma Puértolas, amiga de saltarse las normas cuando lo ve necesario.
El domingo leerá su discurso de ingreso en la Academia, y reconoce que la solemnidad de la ceremonia “es algo que impresiona mucho”. “Lo mío es escribir novelas; me divierte más y es donde me siento más libre”, señala esta narradora y ensayista, que se vestirá de negro para la ocasión y a la que el escritor José María Merino le dará la bienvenida en nombre del resto de académicos.
Desde que la eligieron académica de la Lengua, el pasado 28 de enero, Puértolas, una de las voces más destacadas de la narrativa española de las últimas décadas, tuvo muy claro que su discurso trataría sobre los personajes secundarios del Quijote, “obra de referencia del castellano”, subraya.
Sobre el Quijote hay grandes especialistas, y algunos de ellos, como Francisco Rico, son también académicos. Pero su visión será solo la de “una lectora atenta”.
“Para los novelistas los secundarios son esenciales; son el eco del personaje principal, el relieve”, asevera Puértolas (Zaragoza, 1947), para quien “lo más difícil ha sido el criterio de selección” de los personajes.