Por lo pronto, lo único que se sabe a ciencia cierta es que la pieza de equipaje no contenía explosivos, “y que en ningún momento peligró la vida de los pasajeros”, indicó ayer el ministro de Interior, Thomas de Maizière, tras la alarma desatada por la presencia del mecanismo sospechoso en un vuelo de Air Berlin.
Los expertos de la Oficina de Investigación Criminal (BKA) desplazados al aeropuerto de Windhoek (Namibia), del que partía el vuelo destinado a Múnich con 296 pasajeros, constataron que se trataba de un cebo de fabricación estadounidense, como los que se usan sin previo aviso para verificar los sistemas de seguridad.
El cometido de la maleta y su contenido se conocen, pero no su destinatario o procedencia, admitió Maizière.