Familias al completo esperaban la comitiva real y se afanaron en recoger el mayor número de caramelos al paso de cada una de las once carrozas y tres trenecitos, uno el del parque de Los Toruños, que este año han compuesto la Cabalgata de Reyes.
Más de doscientos niñosayudaron a Melchor, Gaspar y Baltasar a repartir 11.000 kilos de caramelos durante el recorrido y los 3.000 balones lanzados al público en la plaza Mayor, lugar donde finalizó el desfile y donde el alcalde, José María Román, entregó las llaves de la ciudad a Sus Majestades para que no tuviesen problemas a la hora de entrar en las casas de la ciudad a dejar los regalos.
Durante todo el recorrido de la Cabalgata, los vecinos salieron al encuentro de los Reyes Magos, destacando las caras de sorpresa e ilusión de los más pequeños.
La ciudad bulló para dar el merecido recibimiento a Sus Majestades de Oriente, siendo difícil transitar por las principales calles del centro urbano.
Mientras los Reyes desfilaban por calles y plazas, muchos ciudadanos realizaban las compras de última hora llenando los comercios tradicionales.