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Viernes 22/11/2024
 
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Huelva

COAG denuncia un “entramado comercial” de reetiquetado de fresas de Marruecos en Huelva

La organización agraria da la “voz de alarma” porque el modelo productivo agrario onubense está “en peligro” ante unas "empresas mafiosas"

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  • Clave: El “descontrol” de las importaciones que vienen de Marruecos y entran por el puerto de Algeciras
  • Detrás: Empresas “participadas por fondos de inversión” y por “cadenas de distribución” con instalaciones en Huelva y plantación también en Marruecos
  • SOS: Piden a Gobierno y Junta más controles aduaneros, más analíticas, sanciones más duras y garantizar la trazabilidad

La organización agraria COAG ha dado este miércoles un paso al frente para lanzar la “voz de alarma” sobre lo que está pasando en el sector de los frutos rojos, aunque también en otros sectores agrarios andaluces, y que pone “en peligro” el modelo productivo agrario de la provincia, “un modelo mayoritariamente basado en la explotación familiar”, donde la tierra “está muy repartida”.

A su juicio, no solo está en peligro el modelo productivo, sino que “está amenazada la marca de calidad de Huelva”. El motivo, una dura denuncia: “Se están instalando empresas, sobre todo españolas y francesas, participadas por fondos de inversión a través de entidades financieras, y también participadas por alguna cadena de distribución, que han montado un entramado comercial en el propio corazón de la provincia para hacer negocios sucios utilizando productos de fuera y vendiéndose como producto de Andalucía y de Huelva en este caso específico”. Así, se trataría de “empresas que están aquí pero también allí, que reciben fondos públicos de la Unión Europea, del Gobierno y de la Junta para montar sus instalaciones pero a la vez tienen empresas fuera de Huelva, concretamente en Marruecos”.

Son palabras del secretario de Organización de COAG Andalucía, Eduardo López, que ha asegurado este miércoles en Huelva que hay “un tinglado societario de empresas que se dedican a especular y a cambiar el origen de los productos y a utilizar la marca Huelva -o la marca España y marca Andalucía- como origen del producto para ganar el dinero”.

El objetivo, a su juicio, es clave: “Hundir los precios a los agricultores en origen, es un interés en que sobre producto, haya una súper oferta para que los precios en origen se hundan”, buscando, como fin último, que “no sea rentable la producción”, pues “hay que recordar que mientras que una jornada laboral en Marruecos cuesta 9 euros, en Andalucía cuesta 75 euros, esa es la gran diferencia a la hora de obtener una rentabilidad neta por un producto”.

¿Y cómo es posible que suceda esto? En COAG lo tienen claro. “Se aprovechan de un sistema fronterizo frágil, prácticamente sin control. Hay un auténtico descontrol con las importaciones que vienen especialmente de Marruecos y entran por el puerto de Algeciras”, lo que posibilitaría “que vengan sin etiquetado, porque vienen a reetiquetar el producto a Huelva”, explica López, que pone como ejemplo el último caso de fresas con hepatitis A que, provenientes de Marruecos, entraron por el puerto de Algeciras, “una partida que iba a Alemania pero el importador la vende a una empresa de Huelva, ésta a su vez la vende a otra empresa de Huelva y finalmente se vende a una empresa de Sevilla”.

Ante este escenario, en el que “ganan los especuladores y pierden los consumidores” y mediante el que “se está produciendo un robo silencioso y encubierto a los agricultores de Huelva”, COAG lanza una serie de demandas tanto al Gobierno central como a la Junta de Andalucía, a los que reprocha su “pasividad”.

 

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Así, reclaman un plan de choque contra “el descontrol de las importaciones” y que se fortalezcan los controles en la frontera. COAG entiende que el Puerto de Algeciras es “estratégico”, y por ello, “se tienen que multiplicar por cinco las analíticas de lo que entra”. También piden que se endurezcan las medidas sancionadoras.

Del mismo modo, demandan un “control exhaustivo de la trazabilidad del producto para garantizar la salud de los consumidores” y “tiene que haber una lucha sin cuartel sobre el fraude en el reetiquetado y un régimen sancionador severo”, lo que supone “más inspectores”.

El mensaje es claro: “No se puede estar con Dios y con el diablo. Si están con los agricultores, no pueden respaldar este tipo de actuaciones de empresas mafiosas que se están aprovechando del buen nombre de Andalucía”.

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