“No quiero ponerme una fecha de jubilación”, aseguró el reconocido tenor español en una entrevista con Efe en uno de los escasos ratos libres que tiene entre ensayo y ensayo de la ópera de Christoph Willibald Gluck (1714-1787), cuya cuarta representación acogió este miércoles la Ópera Metropolitana (Met) de la Gran Manzana.
Domingo, que cumplió los 70 el pasado 21 de enero de manera “muy emotiva” en Madrid, tiene claro que, “mientras haya salud”, la ópera seguirá siendo su mundo y evita con una sonrisa hablar de retiradas ni de despedidas mientras tenga energía.
“La ópera es lo mío y por ella me levanto cada día”, sostuvo el tenor, barítono y director de orquesta, quien aseguró encontrarse “muy bien, gracias a Dios” de salud, y quien se mantiene fiel a una frase que dice tener siempre muy presente: “No hay que estar ni un día menos del que puedas, ni un día más del que debas”.
Domingo, ya recuperado del cáncer de colon del que le operaron hace cerca de un año, se reencuentra estos días con el público neoyorquino tras muchos meses de una ausencia provocada “no por la operación sino por el programa” de la ópera de Nueva York, un espacio en el que suma ya 42 temporadas de presencia.
El aclamado tenor habla con cariño del Metropolitan Opera, donde debutó en 1968 y donde su última actuación antes de su operación fue como Simon Boccanegra. Este febrero, casi un año después, ha regresado como Oreste en Iphigénie en Tauride, una ópera que se podrá ver hasta el 5 de marzo en la ópera neoyorquina.
“Son 42 temporadas las que llevo en esta casa y nunca he faltado. Esta vez ha sido casi un año por circunstancias que no tienen que ver con mi operación, pero aquí estoy”, indicó Domingo, que el próximo mes dirigirá Romeo y Julieta en ese mismo escenario.
Muchos de sus seguidores neoyorquinos esperan que, si Domingo decide retirarse, espere hasta 2018, cuando cumpliría sus bodas de oro con el Met.
“Nunca se sabe, falta mucho tiempo. Tenemos que ir año a año, pero la verdad es que hasta ahora tengo planes hasta 2015-2016, así que sólo serían dos años más”, aseguró con una gran sonrisa el español, quien acudió a la entrevista acompañado por Marta, su esposa, y su nieto Álvaro.
Pese a su recargada agenda, el secreto para seguir adelante es a su juicio el apoyo de un público que, año tras año, le sigue dando “grandes satisfacciones”, con rondas de aplausos interminables y teatros repletos, algo que sigue estos días cosechando en Nueva York con “Iphigénie en Tauride”.
“Esta producción es completamente diferente a la que acabo de hacer en Madrid. Tuvo mucho éxito la que hicimos en el Teatro Real, pero ésta es totalmente opuesta: es más tradicional”, indicó Domingo sobre una ópera con dirección musical de Patrick Summers y dirección de escena a cargo de Stephen Wadsworth.
Se trata de la misma producción que albergó el Met en 2007, la primera que acogía el teatro neoyorquino desde 1916 de una ópera que es “una verdadera tragedia griega”, según el tenor, y que este sábado se podrá ver simultáneamente en directo en cines de más de cuarenta países, entre los que se encuentran numerosos países latinoamericanos y también su España natal.
“Me da mucho gusto presentarme en los cines de España. Es algo estupendo llevar el escenario de los grandes teatros a las salas de cine. Está claro que el cine no se puede comparar con el teatro, pero es una posibilidad para mucha gente que por lo tremendamente cara que es la ópera, se vaya a hacer aficionada poco a poco”, dijo.
“Iphigénie en Tauride”, estrenada en 1779, está inspirada en los relatos de Eurípides y cuenta una tragedia en la que aparece un padre que quiere matar a su hija para lograr vientos favorables en la batalla; una madre que mata a un padre; un hijo que mata a una madre y una hermana obligada a matar a su hermano.