Esta situación ha llevado a los sindicatos mayoritarios a unificar sus protestas y a llevar de la mano un conjunto de reivindicaciones que consideran esenciales para normalizar el trabajo en los centros.
La principal petición que mantienen ahora los representantes sindicales es la información. “Llevamos mucho tiempo pidiendo al Área Sanitaria que nos informen sobre el pliego de condiciones de la empresa de seguridad, y nos dan largas”, asegura la delegada comarcal de UGT, Inmaculada Marfil.
De hecho, los colectivos están a la espera de que se produzca una reunión con la gerente del área, Inmaculada Cosano. De no satisfacerse este extremo, están estudiando la posibilidad de incrementar la intensidad de sus protestas.
De hecho, una de las medidas que están estudiando es la de elevar sus manifestaciones hasta la puesta en práctica de paros en los centros de salud. “Tenemos que hacer algo más de lo que se está haciendo”, señala al respecto el delegado provincial de CCOO, José Luis Maiztegui.
“No podemos levantarnos por la mañana pensando que nos van a pegar”, asegura el delegado comarcal de CSI-CSIF, José Luis Rosano. “Las agresiones verbales se producen a diario”, afirma el representante sindical, que apunta a que el 90% de las agresiones “tiene el mismo perfil, el de personas que demandan un servicio que ya se les ha proporcionado”.
La reclamación última de los sindicatos es la dotación de más medios persuasivos en los centros de salud comarcales. “Los medios fallan, y el personal del SAS no está para educar a los usuarios”, manifiesta Rosano.
Los centros de salud del Campo de Gibraltar cuentan en la actualidad con algunos de estos medios, como timbres antipánico, interfonos, cámaras o agentes de seguridad. Pero son insuficientes.
José Luis Rosano cita el ejemplo del centro de salud de La Bajadilla, donde hay un guardia de seguridad, pero que ejerce sus funciones sólo a partir de las 16.00 horas, lo que deja un vacío de seguridad en el centro en horas nocturnas y matinales.
Otra de las quejas de los representantes sindicales es la impunidad con la que ven que se producen las agresiones. Por ello, exigen una mayor contundencia judicial contra las mismas. “Queremos que las agresiones se equiparen a un atentado a agente de la autoridad, pero la Justicia tampoco se implica”, afirma Rosano.
También piden que el Área Sanitaria se manifieste frente a las agresiones, ya sea en la colocación de cartelería o en la toma de decisiones respecto a las mismas. “Administrativamente, el Área debería tomar la determinación de cambiar de centro al usuario agresor”, sugiere Maiztegui.